¿Qué hizo a la Princesa Roja memorable y controversial ?

  • “Tú eres una pinche y yo soy una diosa, así que quítate ahorita mismo esa idea de la cabeza” –le advirtió de manera tajante y con su característica voz carrasposa la tía Guadalupe.

Por
Verónica Lugo 
@bretanicsgirl
Distrito Federal, 06/03/15, (N22).- A
propósito del anunció sobre la creación de la Fundación Elena Poniatowska Amor
A.C., pensamos pertinente revisar el legado de esta periodista a través del
texto siguiente:
Integrante de una antigua familia de la nobleza polaca (y sobrina
de la legendaria poetisa mexicana Pita Amor), Elena Poniatowska nació en
Francia el 19 de mayo de 1932. A la edad de diez años, Elena llegó a México con
su madre y hermanas en calidad de refugiadas debido a la invasión militar en
Europa durante la Segunda Guerra Mundial.
Tras estudiar algunos años en Estados Unidos, Elena regresó a
México y comenzó su carrera periodística en 1953 en el periódico Excélsior. Sus notas las firmó
primeramente con el apellido de su madre, ya que el apellido de su padre:
“Poniatowska” no tenía nada que ver con el castellano. No obstante, su tía, al
enterarse de esto la reprendió severamente. “Tú eres una pinche y yo soy una
diosa, así que quítate ahorita mismo esa idea de la cabeza” –le advirtió de
manera tajante y con su característica voz carrasposa la tía Guadalupe.
Elena, ofuscada, pensó 
entonces que sería divertido firmar como Dumbo, en homenaje al elefantito
de los cuentos infantiles, pero en el periódico ya había una chica que firmaba
con el seudónimo de Bambi. “No me interesa trabajar con todo el zoológico de
Disney” –le dijo el editor notablemente molesto, de modo que a Elena optó por
firmar sus crónicas  primeramente con su
primer nombre: Helène. Poco a
poco las crónicas que escribía Helène
en el Excélsior, empezaron a tener
adeptos que enviaban cartas de felicitación a la cronista. Elena se dio cuenta
que el periodismo era su vocación y desde ese entonces ejerció la profesión con
orgullo; se exigió más a ella misma, dotó con mayor seriedad sus notas; se unió
a la causa feminista y a la izquierda política del país y cambio su firma por
Elena Poniatoswka.
Habiéndose ganado el reconocimiento de la sociedad mexicana,
Elena, optó por ser congruente y renunció, muy joven, a su título nobiliario
manteniéndose fiel a su convicción. Continúo desde su trinchera, denunciando
las brutalidades del país y  escribiendo
sobre socialismo y política. El tiempo pasó y Elena jamás se doblegó ante el
poder y fue así como se ganó el apodo de Princesa
Roja
.

La
princesa Roja en la Actualidad
Elena Poniatowska es autora de más de cuarenta libros que
abarcan casi todos los géneros: entrevista, cuento, teatro, crónica,
testimonio, novela, ensayo. A pesar de su extensa obra literaria, se le
recuerda por sus entrevistas y sus libros de testimonio donde también hace uso
de la crónica, un ejercicio parecido (en forma) a las sobresalientes piezas A sangre Fría de Truman Capote y La canción del verdugo de Norman Mailer.
Algo que si es indiscutible es que los libros escritos por
Poniatowska mantienen una constante problematización sobre el desempleo, la
desigualdad, el abuso de autoridad, el prevaleciente racismo escondido hacia todo
lo que es indígena y hacia ciertas costumbres y tradiciones mexicanas; el
machismo y las tragedias nacionales –como el genocidio de 1968 y el terremoto
de 1985- que ayudan a la reflexión de nuestro contexto.
Elena continúa escribiendo activamente, cada opinión que
emite invita generalmente a la deliberación. Su postura ante el gobierno se
mantiene crítica y en innumerables veces se ha pronunciado a favor de la población
y en contra de las injusticias como la recién sucedida con los estudiantes de
Ayotzinapa.

La
importancia de Poniatowska en la cultura
En cuanto a la cultura Elena demostró que es capaz de
sostener una charla amena con figuras sobresalientes como políticos, artistas,
escritores, cineastas, jardineros, lavanderas, panaderos o carniceros. Esto le
propició muchas burlas, por ejemplo el escritor Carlos Fuentes sostenía que
Elena se regodeaba con los pobres; sin embargo Elena sentía la necesidad de
darle voz a quien no la tenía, para así comprender como pensaba  la sociedad de su tiempo y el porqué de su
comportamiento.
Elena debería ser considerada también como antropóloga pues
desde muy joven renunció a sus orígenes aristocráticos para inmiscuirse en el
quehacer cultural y en la política del país; con su pluma ha construido una
memoria cronológica que ciertos gobernantes y partidos políticos se han
empeñado  en negar.

Poniatowska es valiosa porque desde siempre ha sido una ardua
defensora de los derechos humanos y ha influenciado con sus múltiples
declaraciones sobre los más prominentes sectores culturales de México. Elena es
importante para los mexicanos porque es una periodista comprometida con la
verdad y sus capacidades manuscritas las ha puesto siempre a favor de las
causas justas. La importancia de Poniatowska radica en que su literatura, su
legado es imprescindible para  comprender
la realidad contemporánea mexicana. Leer a Poniatowska es entender el pasado y
con ello el presente político y cultural del país. 
Imagen:http://bit.ly/1BQlTWK
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