El arte y la saturación son principios fundamentales de la transgresión: Alexandro Guerrero

Por José Roberto / Alberto Coper.

Distrito Federal, México, 01/12/14, (N22).- “La locura es amor,
este hombre vivió cosas fuertes a nivel personal, su madre bailaba
con osos en un circo, hay antecedentes de mucha violencia en su entorno y hay una
enfermedad definitivamente. Nijinsky avanzó conforme a su carácter y es un
tipo que a nivel anatómico estaba hecho para trasgredir y fue fuera de serie”, explicó
el director escénico Alexandro Guerrero.

A casi 115 años del
nacimiento del bailarín Vaslav Nijinsky (Kiev,1890) la compañía “Suicidio Escénico”
pone en escena el resultado de un proceso de investigación a partir de la
lectura de las distintas ediciones de los “Diarios” del bailarín.

Con el título “Yo el
pequeño bastardo polaco SOY DIOS”, la compañía presenta (a modo de bocetos
seriados y explorando el género farsa onírica) la mente más radical e influyente, de uno de los creadores
en el terreno de la danza y las artes escénicas.

Alexandro Guerrero,
director de la obra teatro, conversó con Agencia N22 y mencionó que desde su perspectiva el arte se ha «externalizando» o al menos, se ha vuelto hacia la mercadotecnia, se ha  masificado y es poco critico porque no ve los
límites de las formas ni de los contenidos.

“Pienso que ir a la
vanguardia es una moda que lleva al proceso industrializado. En cambio el
artista ucraniano Nijinsky, rompió el molde y los esquemas de la danza, ya que
en su momento fue un sacrílego, revolucionó la apreciación de lo que un bailarín
clásico debería hacer. Jugó con figuras icónicas de la tradición de los Dioses
en la historia del occidente a través del modelo del payaso; se obsesionó por
la música de Stravinsky y por la narrativa de la literatura”.

Además, Guerrero aseveró que desde
el siglo XIX tenemos casi las mismas estructuras, un arte monárquico, manejado
e interpretado desde un modelo económico.  

Para Alexandro, sería
interesante mezclar este tipo de procedimientos en el arte con lo mediático, “se
tendrían buenos resultados, porque el fin de todo artista es difundir el teatro
y si se hace a través de los medios, habría un público vivo”.  

“Con el nacimiento de
la psicología, el descubrimiento de la esquizofrenia, los discursos del poder,
y la recepción del público, trastocó a Nijinsky llevándolo a un límite como la
es la locura, lo llevó a la rebeldía, la creatividad,  y hacia la búsqueda de la ruptura de los
tabúes de la homosexualidad” expresó el director.

Por ello es muy
difícil hacer llegar Nijinsky al público, desde que empiezas a hablar de danza
clásica estamos refiriéndonos a un sector pequeño y la apuesta de la obra es el
modo de la construcción de la dramaturgia, para contar su vida tal como él lo
hizo.  

La intención del
director es que el público se acerque a un ser humano alabado como genio y al
mismo tiempo despreciado por la sociedad. “Mientras más avanzó su enfermedad, Nijinsky
se fue volviendo un Dios de la danza, cuando fue más censurado y perseguido en
términos sociales, se convirtió en un artista que se masturbó en escena para
fecundar la tierra”.

El personaje de esta
obra se abordó desde un momento de introspección. Se trata de recordar los
eventos de locura que determinaron su vida, “se verá saltar al protagonista por
medio de actuaciones corporales. Para alcanza a Nijinsky se tiene que saltar
muy alto nivel espiritual”.

 “Yo el pequeño bastardo polaco SOY DIOS”, continuará sus
presentaciones en el mes de febrero de 2015, aunque aún no saben en qué
escenario se podrá exhibir la obra.

En marzo la compañía
estará en la Plaza Julián Carrillo, con un montaje acerca de las desapariciones,
que se relaciona de manera indirecta con la situación en México, porque hablarán de la situación en Argentina en 1978
con un montaje que se llama “Ese no es mi nombre”.

Imagen:Agencias

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