¿Qué están ensayando nuestros ensayistas mexicanos?

 Estos jóvenes escritores mexicanos tratan de romper las estructuras académicas para crear sus ensayos, sin dejar de tomar en cuenta el contenido de sus textos
Por Perla Velazquez 
(enviada especial desde la tierra maya y venusina de Campeche) 

Distrito Federal, 29/08/14, (N22).- A Erik Alonso lo conocí en el vuelo hacia Campeche.
Supuse que veníamos al mismo lugar, por eso no dudé en preguntar si
participaría en el Encuentro de Ensayistas y cuáles eran sus temas de análisis.
Su respuesta: «no tengo un tema en específico, pero sí me gustan las
series de televisión», palabras más, palabras menos.
Para ese momento no sabía que me estaba adelantado a una
de las mesas de trabajo que se desarrollarían en el Encuentro, y que precisamente
Erik sería uno de los ponentes. ¿Qué estás ensayando? Fue la pregunta que
Juan Pablo Anaya, Herson Barona y Erik Alonso respondieron.
De este último, ya sabía por dónde ahondaría en su
ensayo: un elogio a la televisión a través de un análisis con base en las
series. Por su parte, Juan Pablo habló sobre la digitalización del libro, el
copyright y el copyleft, el activismo de los bibliotecarios, pero su propuesta está
basada en presentar éstas temáticas a través de la palabra «quemar».
“Para escribir este texto me propuse reinterpretar una
novela que trata sobre la quema de libros, mi texto se titula Una utopía a 451
farenheit»
, mencionó. Esta propuesta de ensayar tuvo relación con el texto
de Herson Barona, quien dijo que había poca originalidad por parte de los escritores en la
actualidad. «Es pensar a la literatura como una hoja en blanco que se fue
llenando hasta que se enegreció por completo y a partir de ahí se va
borrando todo para describir», explicó el jefe de redacción de la revista
Tierra Adentro.
El estilo de cada escritor, la manera de creación de cada
uno de ellos y las temáticas de análisis fueron los temas que predominaron en la mesa de
trabajo. La línea principal en la que confluye la forma de escribir de estos
autores radica en romper las estructuras académicas.

Fabiola Camacho, quien habló sobre la literatura, la
academia y el ensayo, dijo que este último debería de carecer de aderezos, «pues todo texto que desarrolle una idea que proponga una búsqueda y que
sea capaz de generar sus propios mecanismos y estructuras merece llevar el
nombre de ensayo».
En esta mesa también participó Romeo Tello. Éste, quien también es traductor, describió qué es ser un ensayista y aseguró que no coincide con quien pretende
sustentar que la relación de literatura-ensayo está definida por su caracter
subjetivo.
«Apelar a estos valores: lo parcial, lo inacabado,
para definir la esencia del ensayo es antiquísimo.Un texto que dice mucho sigue teniendo un testimonio avasallador. Apelar a la sola exploración del terreno
solitario de la subjetividad puede parecer humildad, pero en el fondo esconde
lo contrario: la suficiencia del autismo», señaló.
La capacidad para crear es la única relación que existe
entre la literatura y el ensayo, así concluyeron los ponentes esta jornada campechana de ensayistas de Tierra Adentro.
Hasta aquí mi reporte queridos lectores.

14mag

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