A partir de la historia de la migración de su abuelo, Carlos Martínez Assad construye la historia de José y Alina, una pareja de jóvenes que viven en los convulsionados años 70
Por Irma Gallo
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Distrito Federal, 12/02/14, (N22).-
“La novela En el verano, la tierra tiene como punto de partida una experiencia familiar: la vivida durante mucho tiempo”, explicó Carlos Martínez Assad.
A partir de la historia de la migración de su abuelo, de Líbano a México, Carlos Martínez Assad construye la historia de José y Alina, una pareja de jóvenes que viven en los convulsionados años 70 y que regresarán al país de sus ancestros a encontrar respuestas de sus orígenes.
El sociólogo afirmó para Agencia N22 que su abuelo materno, aunque él era muy niño cuando él murió, fue un personaje siempre muy fuerte. “Lo seguí y siempre me interesó mucho.
“Quería expresarlo de la manera como lo hecho aquí. Por supuesto con muchos elementos de ficción. Alina es un personaje muy ficcionado, muy construido, y José, aunque puede tener muchos rasgos del escritor, pues también son los rasgos de los jóvenes de los años setenta, que después de los movimientos de los años estudiantiles de 1968 querían conocer todo, acercarse a todas las culturas”.
Según con Carlos Martínez, en ese sentido se muestra el retrato de una generación que se encuentra en este móvil que desata la historia que es el del regreso a Líbano que ya no es el abuelo el que puede regresar, ahora es el nieto que aprovecha para un poco vivir o intentar recrear lo que fue todo ese proceso de migración.
Entre la novela, el género epistolar y el documento histórico, En el verano, la tierra, de Carlos Martínez Assad constituye el testimonio de la migración, un proceso en el que la promesa de una vida mejor casi siempre está acompañada de soledad y violencia.
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