- «Creo que México está pasando por un gran momento creativo, parece ser que entre más infecta esté la selección mexicana mejor le va al arte mexicano»
Distrito Federal, 04/11/13, (N22).-
«Lo recibo con mucha alegría, con una sensación de haber cumplido mi deber como escritor. Es muy difícil la labor del escritor y un reconocimiento como éste es una bocanada de oxígeno y una felicidad, quiere decir que sigo vivo, es difícil ser escritor con tantísimos escritores jóvenes y muchos de ellos muy buenos como los hay en México», así lo dijo en entrevista con AgenciaN22, el escritor Álvaro Enrigue, al preguntarle sobre sus impresiones al recibir el premio Herralde de novela por el libro Muerte súbita.
Enrigue (Ciudad de México, 1969) se convirtió en el ganador de la edición 31 de este premio. Escogida entre 476 obras presentadas, Muerte súbita llegó bajo el título de Patrón de todos los que estamos tristes. Es una novela situada a finales del siglo XVI, momento en el que comienza la edad moderna: «los personajes de la novela son Caravaggio y Quevedo, que fueron dos artistas extraordinarios, revolucionarios de su tiempo, aunque también fueron criminales. Ambos fueron asesinos, entre otras muchas gracias que tenían. La novela los pone a jugar tenis en 1599, dado que el tenis era el deporte de moda. Es el momento de la transición a la modernidad occidental, a través de un partido de tenis, donde se enfrentan este español conservador y revolucionario de la poesía con un artista italiano, homosexual, apostador, un tipo que era su contrario en todos los términos, como lo fue Caravaggio».
El narrador mexicano quiso entender a la modernidad desde su origen, para comprender la decadencia en que las ideologías y sistemas políticos y del mercado han sumergido a la humanidad: «¿no estamos hartos ya de eso compañero?, ¿no estamos hartos de que los narcos estén metidos hasta en el sopa?, ¿hartos de lo que han hecho los banqueros a Europa?, de que los Estados Unidos nos espíen porque no somos ciudadanos de Estados Unidos. La novela fue escrita cuando la modernidad está dando muestras de desasosiego tremendo, es un momento conmovedor, pero ahora también hay muestras de solidaridad y camaradería. La novela está escrita desde este siglo XXI, pero describe el momento en que la modernidad comenzaba a cocinarse completamente al final del siglo XVI, la puerta de la modernidad es la Conquista de México, ahí es cuando el mundo se vuelve redondo de verdad y hay una globalización y todo cambia. La novela trata de representar ese momento de cambio».
Al preguntarle ¿cómo observa este momento de crisis de la vida moderna en México?, el autor de La muerte de un instalador aseguró que «México está pasando por un gran momento creativo, parece ser que entre más infecta esté la selección mexicana mejor le va al arte mexicano. Así está mejor, que sigan perdiendo y que no vayan a Brasil, pero que sigan existiendo buenos escritores jóvenes, buenos artistas y cineastas. México está pasando por un mal momento vital, pero por un gran momento creativo», concluyó.
El jurado de este premio estuvo integrado por Salvador Clotas, Paloma Díaz-Mas, Marcos Giralt Torrente, Vicente Molina Foix y el editor Jorge Herralde. El premio está dotado de 18 mil euros.