Escribir sobre erotismo me hace una ciudadana más equilibrada

  • Celia Gómez Ramos, escritora de Sin dios y sin diablo, expresó que la gente ve al erotismo como algo común, «no sé porque no editan más libros eróticos»
  • Por Arlette Palacios (@arlettepalacios)

    Distrito Federal, 25/03/13, (N22).-

    «El erotismo me hace una ciudadana más feliz y más equilibrada», así lo dijo en entrevista la escritora Celia Gómez Ramos, autora de Sin dios y sin diablo, de la editorial Plaza Janés, en entrevista con N22. 

    Este libro relata  la vida de una mujer de 94 años, su sobrina y sus picardías eróticas. La autora comentó que «escribir sobre erotismo provoca una sensación de liberación”.
    Según la autora, la novela ha llamado la atención de los lectores por su provocativa portada y temática, en la que se mezclan las historias de dos mujeres de distintas generaciones; una mujer de principios de siglo y de su sobrina de 14 años.

    La historia narra la vida de una anciana que está en los últimos momentos de su vida, en un pueblo, y de repente se descubre en el patio de su casa desnuda, y comienza a gritar. «La encuentran los dos sobrinos solterones que viven en la casa de junto y entran para ver qué le pasa, y cuando la ven sin ropa no saben qué hacer, se quedan pasmados y excitados ante el cuerpo desnudo». Celia Gómez Ramos explica que se trata de una anécdota que le contó su madre y a partir de ahí decidió hacer esta historia. 

    «El personaje se llama ‘Carlota’, nunca se casó, era muy bonita, pero tuvo diferentes momentos difíciles en su vida, por lo que decidió hacer un diario, que al final es descubierto por su sobrina de 14 años. Ubiqué la trama en un poblado de Michoacán a principios del siglo XX, con el problema de que esta mujer se tenía que esconder para escribir sus fantasías sexuales». Argumentó la escritora.

    Celia refirió que las mujeres de las que narra su sexualidad son personas de edad madura, ya que cree que “las mujeres de esa edad cuestionaron todo lo que había en su tiempo, son personajes más elaborados que han tenido mucha experiencia, que cuestionan la vida o que te cuestionan a ti mismo”. La autora mencionó que se siente identificada con todos los personajes, ya que “a los escritores nos gustaría vivir muchas vidas, de hombres, y mujeres adultos”.

    Anteriormente, la novela tenía el nombre de Entre Solteras y solteronas, pero tiempo después decidió cambiarlo a Sin Dios y sin Diablo, ya que la autora explicó que “con ese nombre sólo lo comprarían mujeres y su objetivo era que hombres y mujeres lo leyeran, ya que la literatura no debería tener genero”.

    Celia reiteró que en la mayoría de sus trabajos periodísticos tiene alguna relación o guiño con el erotismo, “en cualquier historia algo le pondré de picante, porque yo lo disfruto y creo que me hace también una ciudadana más feliz y más equilibrada en el mundo al escribir sobre erotismo”.

    La escritora también relacionó el arte con el erotismo y dijo que “el erotismo lo veo, no nada más como la parte del cuerpo, lo veo también como la parte de la mente, es involucrar mente y cuerpo, en el arte, y en la literatura es el dejarte seducir por la palabra, el construir imágenes a partir de lo que vas leyendo y a partir de allí, ir generando sensaciones, esa es para mí una manera de ver el arte, por ejemplo, cuando estoy escribiendo alguna escena erótica, yo misma me imagino y espero que eso le pase también a la gente. Para mí eso es un arte, el arte se siente, a veces las palabras no son suficientes para poderlo explicar, es algo que se genera como una expansión interna que al apreciarlo te genera como una idea de felicidad, de extrañamiento, al observarlo, al escucharlo, pero es difícil explicarlo”.

    Respecto al tabú que se tiene en nuestro país sobre los temas de sexualidad la autora expresó entre risas  que “la gente ya lo ve como algo común, no sé porque no editan más libros eróticos, muchos de nuestros escritores mexicanos tienen escenas eróticas en sus textos, pero creo que no les gusta que se les señale como que su literatura es erótica, a mí no me genera ningún problema, ojalá que sea lo suficientemente erótica. También es romántica, creo que el erotismo apela muchísimo al romanticismo, a la sensualidad, al contacto de la palabra, no nada más un contacto corporal, es mucho a la conquista, al conocimiento y a la satisfacción del otro”.

    Celia Gómez cursó la licenciatura de Ciencias de la Comunicación y estudió en la Escuela Dinámica de Escritores, donde Mario Bellatín, el director, leyó su novela y la animó a publicarla. Hace diez años publicó su libro Y todos fuimos tentados, y ahora Sin dios y sin Diablo que ya se encuentra a la venta.
    13MAG 

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