Cuaron presenta este filme en el FICG
Por Huemanzin Rodríguez
GUADALAJARA, México,06/03/13, N22.-
N22 tuvo la oportunidad de conversar con Carlos Cuarón, sobre su película Besos de azúcar. Esto en el marco del Festival Internacional de Cine de Guadalajara:
-¿Cuándo fue tu primer beso?
-Como a los 11 ó 12 años, fue por ahí. Me acuerdo que fue sexto de primaria, me acuerdo de la niña de la que me enamoré. Y para hacer esta película tuve que recuperar a mis amistades de la primaria y por su puesto a Katia, esa niña.
Y trabajar con niños, gente joven, al caso que no está entrenada en técnicas actorales es difícil, como cualquier otra cosa. Por eso, yo me previne, por eso hice un taller de actuación y en ese taller, que es muy interesante, lo primero que hace la maestra es aprender a que los niños identifiquen sus emociones. Un proceso artístico en donde yo iba al taller y me los encontraba riendo, llorando o enojados, estaban reconociendo sus emociones. Desgraciadamente en las sociedades modernas en general y la mexicana en particular, la Ciudad de México, la violencia intrafamiliar es origen de todos los males, y se expresa en la película Besos de azúcar a través de la violencia física, por su puesto, pero también a través de la violencia verbal. Y muchas veces la violencia verbal es mucho peor y más fuerte, más intimidatoria y humillante, que la violencia física.
En el fondo todo es la libertad, y eso es lo que todos estamos buscando, y nos sentimos presos de distintas maneras, en el caso de la película, se trata de un pobre par de niños que están presos en una situación, presos de sus familias y presos de sus circunstancias, y el amor entre ellos es lo que los libera.
Creo que es una película para adolescentes de 12 a 99 años.
El nombre salió, la verdad, de la opción “b” de la canción de “Rudo y cursi”: “Quiero que me quiero que me quieras” (I want you, you want me) , las opción “B” era “Lives like sugar” y la frase dice: “…sugar sugar kisses”. Me parecía que debido a la temática de la película venía como anillo al dedo.
Y trabajar con niños, gente joven, al caso que no está entrenada en técnicas actorales es difícil, como cualquier otra cosa. Por eso, yo me previne, por eso hice un taller de actuación y en ese taller, que es muy interesante, lo primero que hace la maestra es aprender a que los niños identifiquen sus emociones. Un proceso artístico en donde yo iba al taller y me los encontraba riendo, llorando o enojados, estaban reconociendo sus emociones. Desgraciadamente en las sociedades modernas en general y la mexicana en particular, la Ciudad de México, la violencia intrafamiliar es origen de todos los males, y se expresa en la película Besos de azúcar a través de la violencia física, por su puesto, pero también a través de la violencia verbal. Y muchas veces la violencia verbal es mucho peor y más fuerte, más intimidatoria y humillante, que la violencia física.
En el fondo todo es la libertad, y eso es lo que todos estamos buscando, y nos sentimos presos de distintas maneras, en el caso de la película, se trata de un pobre par de niños que están presos en una situación, presos de sus familias y presos de sus circunstancias, y el amor entre ellos es lo que los libera.
Creo que es una película para adolescentes de 12 a 99 años.
El nombre salió, la verdad, de la opción “b” de la canción de “Rudo y cursi”: “Quiero que me quiero que me quieras” (I want you, you want me) , las opción “B” era “Lives like sugar” y la frase dice: “…sugar sugar kisses”. Me parecía que debido a la temática de la película venía como anillo al dedo.
13MAG