Distrito Federal, 28/11/12, (N22).- Por su destacado trabajo en la educación y creación artística, Socorro Bastida (danza), Evelia Beristáin (teatro) y Rosa María del Sordo (música) recibieron el premio Mujeres en el Arte, creado por la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Diputados, y que se entrega a través del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
En la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, la titular del INBA, Teresa Vicencio, encabezó la ceremonia acompañada por Maricela Jacobo, subdirectora de Educación e Investigación Artística y de María Eugenia Chávez, directora de Asuntos Académicos, ambas del INBA.
Vicencio destacó que este reconocimiento surgió a partir de la necesidad de generar una acción que brindara mayor presencia en la sociedad a la labor que mujeres destacadas realizan desde diversos ámbitos.
Detalló que de esta manera se han creado estímulos similares en sectores como el deportivo, la investigación académica y en aquellas áreas en las que han tenido un papel creciente y cada vez más relevante; “así que en lo que corresponde a las artes, es al INBA al organismo gubernamental que le corresponde entregar estos premios.
“Al interior del Instituto existen innumerables casos de maestras y creadoras que han dedicado su vida a impulsar el teatro, la danza, la música, las artes plásticas y todas las nuevas manifestaciones creativas que van surgiendo en el país, tanto en la creación como en la docencia, por lo que hago votos para que este estímulo perdure en el tiempo”.
La titular del INBA entregó a las galardonadas su premio. Acto seguido, cada una habló ante el público reunido en la sala Ponce.
La primera en intervenir fue Socorro Bastida, coreógrafa y profesora de danza contemporánea en el Escuela Nacional de Danza, con sede en el Centro Nacional de las Artes, quien dijo que este premio es un reconocimiento a su labor “pero sobre todo, a las mujeres de México, al esfuerzo que realizamos de manera cotidiana en todos los ámbitos de la sociedad contemporánea en nuestro país.
“Para mí la danza en vida y la vida es danza, un lema que me parece puede aplicarse a todas las áreas del quehacer humano, tanto en el arte como en las ciencias o la investigación… para mí es un verdadero honor recibirlo y compartir con las nuevas generaciones de bailarines y coreógrafos este amor por la danza, por la docencia y por compartir con los otros, los alumnos y el público, lo que se ha aprendido a lo largo de la vida”.
En tanto, Evelia Beristáin se sumó a los agradecimientos y dijo que este premio debe ser también compartido con sus compañeros de teatro, en particular los escenógrafos, artistas que generalmente pasan desapercibidos pero cuyo trabajo es apreciado por todos; en su caso, también ha destacado como profesora de expresión corporal para los actores del INBA, por lo que a ellos les dedicó su reconocimiento.
La ceremonia concluyó con la participación de la maestra Rosa María del Sordo, pianista que inició su carrera a los 10 años de edad y quien ingrtesó a los 17 al Conservatorio Nacional de Música como alumna y como maestra, un hecho prácticamente inédito en la historia de esa escuela.
“Cuando llegué al Conservatorio ya tenía un nivel elevado de aprendizaje musical, pues desde los seis años había comenzado a tomar clases particulares, por lo que a los 10 tuve la oportunidad de participar en un recital, justamente en este mismo lugar; posteriormente me dediqué a la docencia, sin olvidarme de las presentaciones porque es maravilloso compartir con los alumnos mi experiencia y ellos conmigo su pasión por la música”.
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