Distrito Federal, 30/10/12 (N22).-
Así lo señaló la doctora Nelly Robles García, coordinadora nacional de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), en el primer día de actividades del encuentro “Hacia un Plan de Conservación Internacional de Sitios Mayas del Patrimonio Mundial”, que se realiza el 29 y 30 de octubre en el Museo Nacional de Historia “Castillo de Chapultepec”, con la participación de más de 30 especialistas de Honduras, Guatemala, Nicaragua, El Salvador y México, para hacer un diagnóstico de la situación de estas antiguas urbes y diseñar un plan de conservación integral.
El director general del INAH enfatizó que estos proyectos, que cuentan con el involucramiento de varias disciplinas científicas y sociales, han incluido la adquisición de tierras para crear áreas de amortiguamiento de zonas arqueológicas, el involucramiento de las comunidades aledañas en los trabajos de conservación —vía el Programa de Empleo Temporal—, y una relación virtuosa entre naturaleza y cultura.
Por su parte, la doctora Nuria Sánz, jefa de Patrimonio Mundial para América Latina y el Caribe de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), resaltó que reunir a los encargados de sitios mayas de Honduras, Guatemala, Nicaragua, El Salvador y México reafirma las posibilidades de cooperación internacional en la región, cuyos resultados serán presentados el próximo año en Chile, para revisar los avances logrados en el marco del 40° Aniversario de la Convención de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
La arqueóloga comentó que el área maya es la más estudiada del país, “cuando menos 40 por ciento de las investigaciones que llegan al Consejo de Arqueología del INAH están enfocados en esta región, hay numerosos especialistas nacionales e internacionales en diferentes sitios, ya sea enfocados al estudio de la arquitectura monumental, o haciendo recorridos de superficie para identificar áreas de asentamientos a través de nuevas técnicas de investigación arqueológica, sin necesidad de abrir grandes pozos.
“Muchas investigaciones —continuó— se realizan con base en nuevas tecnologías, como radares de penetración y un sistema de vuelos rasantes, que permiten estudiar el subsuelo. Todas esas técnicas se están aplicando en la zona maya, una de las más investigadas también a nivel mundial”.
Robles García señaló que el diagnóstico de cada sitio tiene que ver con la investigación, la conservación, la restauración, la protección, la tenencia de la tierra y el impacto social que tienen sobre las comunidades circundantes. Una vez que se tenga este panorama, será más fácil plantear las directrices adecuadas para la mejor conservación de los sitios.
Al hablar sobre los sitios reconocidos por la UNESCO, la coordinadora nacional de Arqueología del INAH destacó que “los sitios mayas mexicanos de Patrimonio Mundial tienen un estándar muy bueno de conservación, el reto que tenemos es el sobreuso, la gran cantidad de turismo, de tal manera que la propuesta de conservación tiene que abordar este aspecto. En especial para este año, en diciembre —que algunos grupos ‘new age’ han puesto como fecha cabalística—, se prevé la llegada de mucha gente, por lo que tenemos que estar preparados con un operativo adecuado para el cuidado de las zonas arqueológicas”.
Nelly Robles también destacó como uno de los principales desafíos para la conservación, las intervenciones que se hicieron en los años 40 y 50, en las que se abusó del uso del cemento. “En las zonas húmedas es una situación seria porque la humedad hace reaccionar dicho mortero de manera poco favorable para las piedras calizas, que es el material original de los sitios. Esas restauraciones que en su momento fueron aceptables, hoy nos damos cuenta que son anómalas para su conservación.
“Por esta razón, en Uxmal y Chichén Itzá hemos iniciado un programa de conservación en el que se pondera el uso de la cal para todos los trabajos de restauración. De este modo, estamos recuperando las técnicas tradicionales que anteriormente eran menospreciadas. Los monumentos prehispánicos están hechos de cal, arena y piedra, y en la medida en que el especialista aprende las técnicas de trabajo con esos materiales originales, garantiza a los edificios una vida más larga, porque son totalmente compatibles con las antiguas estructuras”.
La arqueóloga Robles García se refirió además a la amenaza que representan los desastres naturales, como huracanes o sismos. “Debemos tener planes de evacuación oportunos, inventarios, de tal manera que estos meteoros no signifiquen pérdidas. Comprender que todo ello es parte de nuestra vida cotidiana, nos ayudará a enfrentar la constante de los desastres naturales. El INAH ha avanzado mucho en ese sentido, en los últimos 15 años hemos adquirido gran experiencia en trabajos de prevención, sabemos qué hacer, cómo conducir al visitante y cómo atender el patrimonio cultural de la mejor manera”.
Finalmente, comentó que este conjunto de reflexiones sobre los sitios mayas por parte de los especialistas llevará a una propuesta de conservación integral, para lo cual también se ha invitado a expertos de otros sitios que no son de esta área cultural, pero que tienen buenas experiencias en cuanto al manejo de Patrimonio Mundial, como Monte Albán, Teotihuacan, El Tajín o Xochicalco, que pueden aportar ideas para armar esta propuesta general.
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