Ciudad de México, México, 10/10/12, (N22).- Rodeado de admiradores de su obra, el artista Pedro Friedeberg recibió la noche de ayer la Medalla Bellas Artes, en el Museo de Arte Moderno. Al hacer entrega de la presea, Teresa Vicencio, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes, dijo que la obra de Friedeberg está forjada con un estilo único en la historia del arte, representando otro modo de concebir la plástica.
“Su obra es una de las más conocidas fuera de México y numerosos especialistas siguen investigando y abundando en su geometría y su estilo personalísimo, mismo que a veces es identificado con el surrealismo e incluso con el barroco mexicano”.
La titular del INBA dijo que muchos críticos se han ocupado de la obra de Pedro Friedeberg a través de las décadas y desde 1959, cuando realizó su primera exposición, manifestó una posición crítica hacia el funcionalismo en la arquitectura, recibiendo posteriormente con su obra pictórica numerosos premios internacionales.
“El Instituto Nacional de Bellas Artes se precia de contar en el Museo de Arte Moderno con obras características del notable trabajo de Pedro Friedeberg, y por ello hoy queremos reconocer al creador, al intelectual y al artista plástico por su notable trayectoria”.
El arquitecto Fernando González Gortázar recordó las obras mayas y a los sabios que buscaron la piedra filosofal, así como a los utopistas sociales de diversas épocas que planearon mundos mejores, todos ellos, dijo, seres indispensables para que el mundo gire.
“Hacia 1940 llego también a nosotros Pedro Friedeberg, cuya obra nació madura y ha creado algunos de los objetos visuales más grandiosos e inabarcables de nuestra plástica, siendo como un caleidoscopio que se fuga hacia la dimensión de la fantasía y del misterio”.
Recordó que Friedeberg estudió arquitectura, pasión de la que hace una suma de estilos para construir sus universos alucinantes, haciendo uso de la perspectiva lineal en lo que todo parece irse al infinito.
“Pero luego en esos espacios que parecen violentados ocurre la magia colmada de detalles y símbolos cabalísticos que nos hacen ver a su autor como un geómetra con una cultura muy vasta que logra dejar atrás el caos con sus mundos colmados de una lógica inexpugnable.
“En su obra existe el famoso gas hilarante que nos sirve para despertar en un mundo distinto, lleno de leyes propias, todo ello unido al humor e incluso al sarcasmo, que hacen de su obra una experiencia al estilo del mundo de las maravillas de Lewis Carol”.
Visiblemente emocionado, Pedro Friedeberg dijo que su obra nunca ha sido del llamado “gusto institucional”, recordando cuando en 1961 fundó, junto con Mathias Goeritz y José Luis Cuevas, el grupo de Los Hartos. “Pero para entonces ya había habido mucho daño, pues un tal señor Marcel Duchamp, un caricaturista llamado Pablo Picasso y un nazi llamado Andy Warhol, se habían encargado de asesinar el arte”.
Y concluyó con humor: “Cito al Libro de los muertos de los egipcios en el pasaje: Yo soy el toro sagrado señor del cielo, amo de la luz que surge de la llama, yo… nunca comeré basura”.
Imagen: http://bit.ly/OUfBPE
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