Ciudad de México, 17/08/12, (N22).- En una tarde donde la comunidad cinematográfica se volcó en las evocaciones de vida y obra de su entrañable «Josko», aquel hombre de delgada figura y voz fraternal que para muchos se convirtió en maestro, guía, cómplice e influencia fundamental en su acercamiento al cine, fue realizado el homenaje a Alfredo Joskowicz en el Centro Cultural Universitario de la UNAM.
En la Sala Carlos Chávez, donde no dejaron un solo asiento vacío ex alumnos, colaboradores, familiares y amigos cercanos del hombre que dirigió las principales instituciones cinematográficas del país, estuvieron presentes Marco Julio Linares, Ángeles Castro, Orlando Merino y Flavio González Mello, bajo la moderación de Armando Casas.
Poco antes de la proyección de un breve audiovisual realizado por Andrea Gentile, Armando Casas mostro la pipa que perteneciera a Alfredo Joskowicz y que fue colocada en la mesa central del estrado donde se llevo a cabo la charla.
Marco Julio Linares recordó a Alfredo Joskowicz como un compañero de mil batallas y trincheras de batallas cinematográficas, logrando la proeza de haber formado a mas de 30 generaciones del CUEC y del CCC.
«En los años aciagos de los años 80, cuando muchos cineastas fueron perseguidos, los cineastas fueron desplazados por el esquema de producción del cine de ficheras y encontramos un refugio en la productora Arte y Difusión, que proyectaba sus programas por Canal 11 y ahí coincidimos.»
Linares recordó que un día Joskowicz lo invito a hacerla de actor para un capítulo de la serie que se filmaría en Cuautla.
«Recuerdo que interprete a un maestro de la escena franciscana de la época de la colonia, ahí me di cuenta de los grandes dotes de maestro de Josko, quien en un dos por tres me enseño a entender el trabajo de actor. Puedo decir que Alfredo, mas que un maestro de cine, fue para muchos de sus alumnos, un maestro de vida.»
Visiblemente conmovida, Ángeles Castro confesó que siempre pensó estar destinada a estar con Alfredo Joskowicz como amigo y maestro, con quien siempre coincidía en las posadas del CCC, con esa generosidad que lo caracterizaba.
«Fue un decano que me enseño de cine, pintura, literatura y relaciones humanas, en charlas acompañadas de whisky, tequila, así como de su característica pipa. Hoy me siento nuevamente huérfana de padre, porque como dice el poeta: tu vivirás mientras me dure el llanto.»
El dramaturgo y cineasta Flavio González Mello, alumno de Alfredo Joskowicz, recordó que su papá, quien era cinéfilo, elogiaba una película de los años sesenta dirigida por el que mas tarde sería su maestro en el CCC.
«Sus primera clases tenían una progresión impecable, entre sus ejercicios estaba el darnos un cuento de Horacio Quiroga y pedirnos que hiciéramos un guión técnico, la enseñanza era en realidad que aquello era algo aburridísimo, entonces nos decía que mejor hiciéramos el guión literario.»
Gonzalez Mello refirió que le llevó a Joskowicz uno de sus primeros guiones que como parte de las tesis del CCC, y que éste se lo destrozo.
«Mas tarde sabría que era otra enseñanza indirecta de Alfredo, quien solía decir que así el mismísimo Kurosawa dijera que el guión era una mierda, se debía tener la confianza de sostenerlo y llevarlo a cabo. Joskowicz siempre fue un maestro diferente, tuve el privilegio que me dio muchas veces clases a mi solito tomando café.»
Finalmente, Orlando Merino afirmó que una de las preocupaciones de Joskowicz sobre el mundo del arte era lo minimalista y lo llamado conceptual.
«Era muy crítico de ciertos creadores que tienden a tomar el pelo y afirman que una botella de refresco en una galería es arte, por eso él estaba regresando a aquello que siempre concibió como creación, en esto era muy riguroso y seguía siempre la afirmación de Buñuel: Cualquier cosa menos aburrido.»
Dijo que Joskowicz es un eje fundamental de lo que fue el cine en México, dedicando su vida no solo a enseñar, sino a picar piedra para que el cine de hoy exista.
«La ultima vez que lo vi fue el Día del padre, sabía que quizá era la ultima a vez que lo vería, y lo fue, pero curiosamente se animó y me dio algunas notas para un guión de cine que estábamos trabajando, es decir, pase el ultimo día con él, trabajando.»
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