Ciudad de México, México, 15/08/12, (N22).- El tamiz neonatal es el estudio preventivo aplicado para detectar, desde el nacimiento, casos de hipotiroidismo y fenilcetonuria, padecimientos manifestados tardíamente, causa de retraso mental, epilepsia, ceguera y otros trastornos graves.
Logra la detección antes del daño orgánico, lo que permite un tratamiento oportuno. El examen se realiza a los recién nacidos y consiste en analizar la sangre extraída del cordón umbilical o del talón para encontrar factores de alteración que indiquen trastornos metabólicos que deben corroborarse a través de otros estudios.
Sergio Robles Obregón, de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM desarrolla su tesis de licenciatura Análisis de hidrocarburos aromáticos polinucleares mediante las técnicas de microextracción en fase líquida y cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas para utilizarla en los remanentes del tamiz neonatal.
Con asesoría de Francisco Rojo Callejas, del Departamento de Química Analítica de la FQ, el universitario explicó que el objetivo de la investigación es desarrollar un método analítico rápido, económico, confiable y preciso para identificar y cuantificar los contaminantes en la prueba.
Se aplicaría sobre todo en zonas del país con fábricas de ladrillos, pues ahí se registran los mayores índices de contaminación por hidrocarburos aromáticos polinucleares, adelantó. “Tiene por finalidad detectar tempranamente estos compuestos mediante un método rápido y eficiente para garantizar un diagnóstico oportuno”.
Rojo Callejas informó que a través de un convenio con el Instituto Nacional de Pediatría (INP) se aprovechan los remanentes de pruebas aplicadas para lograr un mejor control de la exposición temprana.
Personas expuestas a procesos de combustión incompleta, causados por hornos poco eficientes como los de las ladrilleras, motores de automóviles sin mantenimiento y humo del cigarro, corren el riesgo de inhalar partículas de hidrocarburos aromáticos polinucleares, compuestos mutagénicos y carcinógenos, explicó Robles Obregón.
El método final consiste en tomar la prueba del tamiz, tratarla y concentrarla con técnicas de microextracción. Se utilizan jeringas de cromatografía a las que se coloca una fibra hueca de polipropileno en la punta, luego se rellena con disolvente y se coloca en un recipiente con la muestra de sangre ya preparada para extraer los hidrocarburos policíclicos. Después, se analiza en un cromatógrafo de gases acoplado a un espectrómetro de masas.
En este paso se identifican y cuantifican los hidrocarburos presentes para determinar si están a niveles muy altos o por debajo de los límites aceptados por las normas respectivas, subrayó.
Rojo Callejas estableció que la química analítica es un área aplicada para desarrollar técnicas, instrumentos y métodos de medición, para identificar y cuantificar diversos compuestos, con aplicaciones en todas las áreas de actividad humana.
“Es una herramienta básica utilizada en diversas industrias y el sector salud para controlar la calidad de sus productos. Uno de los rubros más importantes es el de métodos de separación. En el laboratorio utilizamos la cromatografía de gases y la espectrometría de masas para responder tanto a las necesidades del país respecto a la formación de recursos humanos, como al desarrollo de líneas de investigación”, finalizó.
Imagen: UNAM
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