Reconocen la importancia del trabajo documental de Eulalia Guzmán

Distrito Federal, 15/08/12 (N22).- Involucrada en múltiples tareas educativas, científicas y culturales, la maestra y arqueóloga Eulalia Guzmán Barrón (1890-1985), creadora del Archivo Histórico de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH), dejó un vasto legado documental compuesto por tres mil 235 expedientes, cuya clasificación y catalogación terminó recientemente para facilitar su consulta entre los investigadores.

El arduo trabajo de catalogación, realizado por la investigadora María del Carmen Soto Balderas, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), permitirá acercarse a la diversidad de documentos reunidos por Eulalia Guzmán, pionera de la arqueología mexicana y destacada en el área de la educación.

El archivo fue donado a la BNAH desde los años 90 por familiares de la reconocida investigadora, quien colaboró en diversos proyectos al lado de especialistas como Alfonso Caso, en la exploración de la Tumba 7 de Monte Albán, en Oaxaca, y fue una de las primeras en estudiar, en 1934, el sitio prehispánico de Chalcatzingo —antiguo Cerro de la Cantera—, en Morelos, con varios descubrimientos de la cultura olmeca.

Gran parte del legado documental incluye la investigación arqueológica en Ixcateopan, Guerrero, sobre el hallazgo de los supuestos restos de Cuauhtémoc, en 1949, así como sus exploraciones en la Mixteca Alta, en Oaxaca, y las zonas de Nochistlán, Chachoapan, Yanhuitlán, Teposcolula y Tamazulapan.

En 1942 exploró la Zona Arqueológica de Izapa y otros sitios de Comitán, en Chiapas; reconstruyó la historia de su tierra natal, San Pedro Piedra Gorda, Zacatecas, y realizó estudios en varias bibliotecas europeas, lo que le permitió el hallazgo de valiosos documentos sobre la historia de México, comentó Carmen Soto.

“Su labor en el INAH se compila en una de las series principales de su archivo, integrado por artículos, correspondencia, conferencias, discursos, dictámenes, boletines, fotografías e informes de los proyectos de investigación”.

Asimismo, destaca su labor como jefa del Departamento de Arqueología del Museo Nacional, en 1934, donde dio cátedra de cerámica prehispánica y códices, y estudió los documentos históricos del recinto.

Durante su formación pedagógica, Eulalia Guzmán recibió un diploma firmado por el presidente Porfirio Díaz y su ministro Justo Sierra, en reconocimiento por haber obtenido el mayor promedio de su generación.

Más tarde, ingresó a la Escuela Internacional de Arqueología, Historia y Etnografía, fundada dentro del Museo Nacional, y complementó su perfil académico con estudios de historia, arqueología y antropología en la UNAM, en 1930.

En su archivo resalta también la serie correspondiente a asuntos personales, que incluye biografías, poemas de su autoría, correspondencia, crónicas de viaje por Europa y China, una colección de timbres postales, artículos y apuntes de las actividades que realizaba en las asociaciones femeninas de las que formó parte o que apoyaba.

En este ámbito, destaca la fundación de la Escuela de Capacitación Femenina, en apoyo al movimiento maderista, y su participación —años más tarde— como delegada de México en el Congreso Panamericano de Mujeres, en Baltimore, Estados Unidos.

Sobre su actividad magisterial —agrupada en otra serie— sobresalen documentos sobre la educación de la niñez. “Durante uno de sus viajes a Alemania conoció los métodos de enseñanza en las escuelas y consideró que se podrían aplicar en México. Buscaba que la educación fuera más práctica y eficiente, enlazar los fenómenos sociales y naturales, y anular los procedimientos rigoristas para crear un modelo de Escuela Nueva, que fomentara la observación y experimentación de los alumnos”.

Asimismo, al ocupar la jefatura del primer departamento de alfabetización que se creó en México, y como subjefe del Departamento de Enseñanza Primaria y Normal de la SEP, impulsó diversos proyectos educativos contra el analfabetismo.

La tercera serie de su archivo se enfoca a su actividad en la UNAM, las becas que obtuvo para tomar cursos en Alemania, y las traducciones que hizo del alemán al español, entre ellas la del vocabulario mexicano y zapoteca del investigador alemán Eduard Seler, y la descripción del vocabulario de Maya Than. Además, destacan sus misiones en diversos países de Europa y en Estados Unidos, donde dictó conferencias magisteriales.

Como parte de su colección, hay diversas fotografías en las que aparece con personajes como Silvio Zavala, Eusebio Dávalos Hurtado y con el pintor Diego Rivera, con quien conservaba una estrecha amistad y a quien ayudó en la clasificación de más de 50 mil objetos de su colección privada. 

Ya como responsable del Archivo Histórico de la BNAH, formado en 1944, Eulalia Guzmán separó los manuscritos del área bibliográfica para organizar el acervo, que reúne documentos de los siglos XVI al XX, como cartas y documentos que pertenecieron a Agustín de Iturbide, Benito Juárez, Francisco del Paso y Troncoso, a la orden franciscana y al Hospital de Real de Naturales, entre otros.

“En esta área laboró durante más de 25 años, y colaboró con ella el bibliotecario Antonio Pompa y Pompa para poner a disposición de investigadores y público en general esta vasta documentación a través de microfilmes y copias digitalizadas”.

Eulalia Guzmán también publicó diversos textos, como las Relaciones de Hernán Cortés a Carlos V sobre la invasión de Anáhuac, Exploración Arqueológica de la Mixteca Alta, y Genealogía y biografía de Cuauhtémoc y Moctezuma Xocoyotzin.

Imagen: INAH

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