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- El investigador José Antonio Noriega aseguró que los jóvenes hacen de las redes sociales una realidad que han bajado a las calles
Por Rafael Cervantes
DISTRITO FEDERAL, México, 13/08/12, (N22).- La Agencia N22 platicó con el politólogo José Antonio Noriega, director de la consultora Moebius, sobre el movimiento #YoSoy132, las ventajas que tiene éste con respecto a movilizaciones anteriores gracias a las redes sociales –a las cuales debe tomarse muy en serio–, así como las alternativas en el camino a seguir para no estancarse y seguir aportando ideas frescas, ya no sólo por parte de los estudiantes, sino de toda una generación.
Al otro lado del auricular, y con toda la disposición del mundo se puede distinguir su entusiasmo por charlar de este movimiento emergente, quizá porque él pertenece a una generación que “no sabía ponerse de acuerdo”. Y el secreto de llegar a un acuerdo está en las redes sociales, pues éstas, aunque existían desde hace mucho tiempo, no tenían “una plataforma de coordinación brutalmente rápida y eficaz en transmitir mensajes, eficaz en tiempo y en capacidad de comunicación” como hoy lo son Facebook o Twitter.
Los jóvenes son la parte visible de #YoSoy132; sin embargo, para el profesor Noriega éste no es un movimiento juvenil por la generación que lo compone sino por su pensamiento, pues “el pensamiento joven no es exclusivo de los menores de edad (…) esto es más un fenómeno de nuevas formas de vinculación social…”, por eso no se le hace raro ver profesores, treintañeros o gente más grande, lo cual no es signo de que sean manipulados. Este movimiento vino a romper con un prejuicio y un concepto que se tenia de los jóvenes, pues “existía un discurso en relación con ellos, en el que prácticamente a todos los consideraban ninis”; inclusive también los que sí estudian o trabajan eran idealizados como “enajenados, con poca tolerancia a la frustración, (…) que vivían en una nube electrónica sin conexión con la realidad”, realidad que está más presente en el mundo virtual que en lo que muestran los medios de comunicación convencionales. “Estos chicos están muy conectados con la realidad, con realidades que las personas adultas –más grandes que ellos– no habían visto”, señala el politólogo. Y su fortaleza radica en que se trata de un movimiento que se mantiene en la red –su ámbito natural según él–, que si bien en algunos momentos sale a las plazas públicas (llámese Zócalo, Ángel de la Independencia, Televisa o la “acampada Revolución”), debe regresar a su “territorio”, el cual es “imbatible”.
Otra ventaja que encuentra con respecto a otros movimientos sociales como el de 1968, el del CEU de 1986 o el zapatista es que éstos, al no contar aun con la Internet, sus redes se realizaban en plazas públicas y banquetas, por lo cual era sumamente difícil ponerse de acuerdo. Hoy, gracias a las redes sociales, hay “una nueva forma de organizar la información y de discutir, que vuelve posible ponerse de acuerdo de un modo mucho más sencillo”.
No obstante, al ser cuestionado si “el 132” cayó en un estancamiento después de las elecciones, responde afirmativamente, el cual califica de “natural”; pero tiene una ventaja, algo inédito, ya que “lo que inició en las redes no se quedó en el medio electrónico, sino que bajó a la relación cara a cara y esto marca una diferencia importante”.
Por otro lado, considera que ya debe quedarse atrás la cuestión del proceso electoral, pues ya quedó “súper evidenciado”; ahora deben refrescar su discurso con nuevos eventos porque en el país hay muchas cosas qué atender (ahí están problemáticas como las que enfrentan los comuneros de Cherán, los huicholes con las mineras en Wirikuta o el incremento de las agresiones a periodistas en los últimos años). “Al venir del medio académico creo que tienen la posibilidad de especializarse en plantear los problemas, en generar discusión, proponer soluciones; hay muchos frentes, no es sólo el de la legitimidad electoral”.
Pero, fuera de los objetivos del movimiento, bien conocidos por todos, ¿qué enseñanza deja #YoSoy32? “Lo de las redes no se queda en las redes, sino que tiene conexión con la realidad; es decir, lo virtual es real. La gente pensaba que lo virtual es irreal, que no tiene consecuencias, pues ya nos demostró que no”, reconoce Noriega.
¿Y culturalmente? ¿Qué nos deja? El resultado es evidente en los jóvenes, entre ellos su hija, quien “cuando surgió el 132 empezó a hablar, muchísimo más, de temas que antes eran tangenciales”; sus alumnos jóvenes “tienen otra actitud, una luz en los ojos que no tenían, y creo que resignificaron la imagen de joven que se tenía, se ganaron el respeto, eliminaron la sordera de la generación que les antecede. Tuvieron un impacto social brutal, en las instituciones políticas y educativa.
“En la cultura política a nivel de calle, creo que modificaron el destino en la vida de muchas personas… Ahora, de donde salieron estos 132, hay muchísimos millones más, por eso el rollo no es 132, el rollo es esta generación que despertó. Entonces yo creo que el impacto social ha sido muy generoso con todos nosotros”, concluyó.
Imagen: http://bit.ly/OeOTNy
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