“Cuidadito, cuidadito, cuidadito: Homenaje a María Victoria” es el título de la sesión de escucha dirigida que forma parte del ciclo “La música popular mexicana a través de sus grabaciones III”, donde la actriz y cantante compartirá su historia fonográfica, revelará detalles de los procesos de grabación de sus discos, hablará de su relación con directores artísticos y grandes compositores y reflexionará sobre la forma en que sus vestidos ajustados, su canto, el mambo y sus coreografías fueron elementos liberadores en la segunda mitad del siglo XX.
En esta charla, dirigida por Pável Granados, la intérprete nacida en Guadalajara, Jalisco, relatará los inicios de su carrera artística en las carpas de Monterrey, Nuevo León, cuando al ir a ver a su hermana bailar, una empresaria la invitó a cantar. Así, a la edad de nueve años y “con cuerpo de señorita, muy torneadito”, comenzó una exitosa carrera impulsada, años más tarde, por el cine y la televisión.
“Cuando empecé, mi ilusión fue cantar con el maestro Luis Alcaraz, quien después me contrató para actuar en El Patio de la ciudad de Monterrey. En esa ocasión me dijo que me vistiera como grande, pero al llegar al teatro no me dejaron entrar porque era menor de edad. Esa fue mi despedida sin debut”, recordó quien diera vida al personaje Inocencia en la serie La criada bien criada.
Fue Paco Miller quien invitó a la actriz a la Ciudad de México para actuar en las carpas al lado de Palillo,Resortes y Mantequilla, no sin antes trabajar en el teatro Margo de Guadalajara, donde hizo de todo: sketches y bailó en el Ballet de Chela Rueda, hacía “cuadros” con Pepe Guisar y cantaba.
Con apenas 15 años, María Victoria provocaba el asedio del público masculino, gracias a su estilo característico de caminar y pararse en el escenario mientras cantaba piezas como Soy feliz o Todavía no me muero.
“Cuando interpretaba ¡Es que estoy tan enamorada! y yo empezaba a cantar: ‘es que estoy taaaannnn….’, el público completaba diciendo: ‘¡buena!’ En otra ocasión recuerdo que una vez alguien me pidió interpretarTodavía no me muero, siendo respondido por otro que le gritó en son de guasa: ‘¡qué esperas!”, comentó la cantante.
En 1953, Pérez Prado escribió un mambo de homenaje a María (así como le escribió otros a personalidades como Marilyn Monroe, Chano Pozo, Stan Kenton). En este caso, la propia María Victoria colaboró con su voz interpretando fragmentos de algunas de sus canciones más populares; por su parte, Pérez Prado canta una estrofa elogiando su estilo y su voz.
Como cantante, María Victoria tuvo 50 éxitos seguidos, siendo el primero Soy feliz; le siguieron Mil besos,Todavía no me muero, Así, así…, entre otras, en una época donde la grabación de discos era una suerte de ritual colectivo que involucraba a músicos e intérpretes.
María Victoria grabó en discos de 78 revoluciones y fue pionera de los discos de 33. “Se grababa con tanto sentimiento como si estuviera actuando en vivo. La orquesta estaba con uno, si ya casi terminábamos el disco y de repente un violín o un cantante hacía una nota mal o se le salía un gallito o había una equivocación, empezábamos otra vez la pieza desde abajo; nada de por pedazos, completita la canción, así eran como se hacían las grabaciones en aquella época”.
Gracias a su físico, María Victoria protagonizó las primeras portadas de discos LP, su rostro y figura fueron distintivos, lo que atrajo, además de su calidad interpretativa, a los grandes compositores que escribieron canciones para ella, sólo por el gozo de escuchar sus temas en la voz de esta singular intérprete.
María Victoria comentó: “Cuando trabajaba en el Margo, en Guadalajara, se me presentó la oportunidad de cantar con la orquesta de Agustín Lara. El maestro me dijo que cantara sólo dos canciones de él y me recomendó que saliera ‘seriecita’ y que no me moviera para que no me empezaran a gritar, pero el público me pedía que cantara mis éxitos, entonces él me gritó que caminara para calmar a la gente. Tiempo después, tras escribir para mí Tengo ganas de un beso, me mandó un recado diciendo: María Victoria, voz que se vuelve carne y perfume al mismo tiempo”.
María Victoria es erotismo desbordado y contenido, una forma de ser y actuar en congruencia, protagonista de la moda, talento y figura de los espectáculos nocturnos de la ciudad de México. Aunque el estigma de vampiresa la acompañó hasta su interpretación de Inocencia en La criada bien criada, María Victoria recuerda que no fue fácil llegar al éxito en una época con muchas trabas morales.
“Letras como ‘Yo no sé qué tengo en mi pensamiento que me roba el sueño, que no sé qué tengo que dormir no puedo’, me la suspendió la Liga de la Decencia en ese tiempo, me prohibieron cantarla, pero si hubiera cantado algo así como ‘ya no siento nada al hacerlo contigo’, creo que todavía estaría en la cárcel”, afirmó la actriz y cantante.
Sobre su personaje de La criada, María Victoria destacó que hizo a tres distintas: una Inocencia ingenua, otra coqueta y respondona, y la última con un poquito de todo. “Este personaje lo hacía primero en las carpas, pero era una indita; cuando ya empecé a triunfar y me fui de gira por Sudamérica y Estados Unidos, el papel se le quedó a María Elena Velasco, quien le dio vida a esa indita como La India María, y yo a esa indita la convertí enLa criada bien criada”, dijo.
Para festejar sus 60 años de carrera artística, gracias a la tecnología, María Victoria lanzará un disco en el que canta con José Alfredo Jiménez, María Luisa Landín, Juan Gabriel y Marco Antonio Solís.
En la sesión de escucha dirigida “La música popular mexicana a través de sus grabaciones III”, el público escuchará documentos sonoros del archivo de la Fonoteca Nacional, que dan cuenta de la trayectoria y aportaciones a la música popular mexicana de esta intérprete a través de compositores como Luis Alcaraz, Agustín Lara, Juan Bruno Tarraza y Consuelo Velázquez, entre otros.
María Victoria estará acompañada por Iván Restrepo, amigo y conocedor de la trayectoria teatral de la homenajeada, y de Gustavo García, el martes 7 de agosto a las 19:00 horas en la Fonoteca Nacional, que se ubica en Francisco Sosa 383, Barrio de Santa Catarina, Coyoacán. A dos cuadras de la estación del metro Viveros. Entrada libre. Cupo limitado. Mayores informes en la página web www.fonotecanacional.gob.mx o al correo informesfonoteca@conaculta.gob.mx
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