DISTRITO FEDERAL, México, 02/08/12, (N22).- Narcotráfico. Si bien cualquier historia puede ser contada, no todas pisan el
terreno de las letras. Es evidente que el tópico de los narcóticos, el tráfico
de éstos ―y mercancías por demás― nos resulta asequible en la inmediatez de
nuestra realidad. A causa de esto, el atrevimiento por analizar sus coyunturas
y adentrarse en el laberinto de sus implicaciones se convierte en algo indispensable
para ubicarnos en la magnitud del problema.
La oportunidad de
observar dicho panorama desde una óptica acrisolada y alejada de todo tipo de
valoraciones puede parecernos extraña, e incluso imposible. Y mucho más
inverosímil que pueda encontrar un sentido literario. Sin embargo, la obra El Sinaloense de Guillermo Rubio,
publicado por editorial Terracota, dentro de la colección La Escritura
Invisible, se adentra en las aguas turbias del narcotráfico y muestra la
historia de un asesino a sueldo que debe cumplir las normas de la mafia y
convivir entre la élite de los grandes capos de diversos cárteles mexicanos.
Luis Manuel Salcido Arispuro,
mejor conocido como “El Sinaloa”, después de estar “inactivo” alrededor de tres años y laborar como
jefe de policía en la Ciudad de México, es contratado para asesinar a Guillermo
de la Garza León, alias “el Willy” y a su hijo “el Willito”, quienes
prefirieron “jugar sucio” en la destreza del narcotráfico No obstante, un
cambio brusco trastoca los planes y “El Sinaloa”, impertérrito y decidido, debe
resolver las vicisitudes para salir ileso de dicho aprieto.
La historia se sitúa en
el inicio del siglo, es decir, alrededor del año 2000 y 2001, mientras que ésta
se despliega en distintas ciudades del norte del país, pero se da en un mismo
escenario: el exceso, la opulencia, la
suspicacia perenne por parte de integrantes de un mismo bando y la rivalidad
entre cárteles contrarios. Éstas son las luces que guían a los personajes. Y
así como existe una fragmentación en la trama, el libro mismo se halla divido
en el tema que impera en toda la narración: la traición. Uribe explora las
variadas formas de traicionar y, con base en esta selección, desglosa las
situaciones que conforman la obra.
La ficción presentada
en el libro se calcula en los pasos que llevan al mismo desenlace; sin embargo,
Guillermo Rubio aprovecha el medio descriptivo para develar el origen y las
características de muchas de las organizaciones y problemáticas que hoy en día
se nos presentan. Si bien el texto posee un estilo precipitado, eso le permite
a la misma narración el avance entre los caudalosos caminos de la mafia
mexicana.
“El Sinaloense” funciona como portal para descubrir la urdimbre que cobija
nuestra realidad. Asomarse a esta obra ampliará la percepción de la estructura
interna del narcotráfico y así comprender y enriquecer
nuestro análisis sobre los escollos que vive México.