Ficciones lunares

Hace 50 años el hombre pisó la Luna. Aquí su influencia en la literatura, el cine, la música y las aportaciones del viaje espacial a la vida cotidiana 

Por Huemanzin Rodríguez 

MITO

Hace aproximadamente 4 mil 500 millones de años, cuando la Tierra era muy joven, tuvo un choque con otra formación planetaria y de ese impacto nació la Luna. Es un pedazo nuestro y un pedazo de algo que no lo fue. 

La Luna ha sido motivo de inspiración en las culturas de la humanidad, la paciente observación del relumbrante satélite permitió conceptualizar al Tiempo, los primeros calendarios fueron lunares. 

¡Cuántos misterios han guardado sus cambios para quienes levantan su vista al cielo! Desde su aparente oscuridad, su menguante o creciente, hasta estar llena, completa. Si la Luna afectaba a las mareas, ¿por qué no debería afectar a los humanos? Entonces se le asoció con lo femenino, porque aparece y desaparece cada 28 días. Durante el bajo Imperio Romano se creía que las enfermedades eran resultado de la influencia lunar, de ahí el origen de la palabra influenza.

Debido a su ciclo, asociado con la reproducción y la fertilidad, la Luna también ha sido para los humanos parte fundamental en los mitos de la creación. Para los griegos, Selene era hija de una titánide y estaba vinculada con la belleza, aquella que sólo se puede contemplar; si acaso robar, pero nunca poseer por completo. En China se le ha nombrado Kwannon, o Kwan-yin, porque asociada a lo femenino (Yin-femenino, Yang-masculino), es el receptor pasivo de la luz.

En buena parte de los pueblos chinos de la antigüedad existió una leyenda que cuenta la proeza de Hu Yi, arquero mítico al que le pidieron acabar con una época, cuando en el cielo había 9 soles que secaban la tierra y provocaban la muerte, con su puntería Hu Yi logró sofocar a los soles dejando sólo uno, y así la Tierra pudo florecer y en la oscuridad descubrir a la Luna. 

El historiador y antropólogo Alfredo López Austin, en su libro El conejo en la cara de la Luna. Ensayos sobre la mitología de la tradición mesoamericana (1994), muestra que los habitantes de Asia y Mesoamérica vieron un conejo en la Luna. No todas las civilizaciones pensaron lo mismo. López Austin vincula la figura de la liebre encontrada en un templo japonés de Yota (ken de Kanawa) en la Isla de Shikoku, con el mito mexica de creación registrado por Fray Bernardino de Sahagún en el siglo XVI, estudiado por el propio López Austin y Miguel León Portilla, la leyenda es más antigua del registro de Sahagún y vincula a más pueblos que el mexica. Y se le asocia con frecuencia a la leyenda del quinto sol. En tiempos ancestrales los dioses discutían quién de ellos debía inmolarse en una hoguera para convertirse en el Sol. Las discusiones fueron largas y duras hasta escoger a Tecuciztécatl como el mejor candidato. El dios, joven y fuerte se adornó con riquezas y se preparó para el sacrificio, pero frente al fuego se arrepintió. Entonces los dioses animaron a Nanahuatzin, un dios pobre, viejo y enfermo. Sin reparo celebró el rito y se arrojó a las llamas. Tecuciztécatl, avergonzado, se lanzó detrás de él. Los dioses esperaron sin saber por dónde saldrían los soles. Quetzalcóatl, deidad del viento, dijo: “Vendrán por el oriente”. De ahí salió rojo, grande y cálido el Sol del cuerpo de Nanahuatzin, y detrás de él, el Sol de Tecuciztécatl. 

Los dioses consideraron que no estaba bien que existieran dos soles, frente a ellos pasó un conejo y uno de los dioses lo tomó para arrojarlo a Tecuciztécatl y apagar su fuego y dejarlo sólo el brillo. Desde entonces quedó marcado el conejo en la cara de la Luna. El conejo está también relacionado con el pulque y la embriaguez, y la Luna con la fermentación, el embarazo y la menstruación.

México significa “en el ombligo de la luna”, una de las hipótesis del nombre es que el lago de Texcoco tenía la forma de un conejo, reflejo de aquél que aún vemos en la Luna. Si el Sol es el que otorga la vida, es la Luna quien, con su oscuridad y descanso, permite vivirla.

La ausencia de la Luna en el cielo ha significado calamidad y desgracia en toda la humanidad, por tanto, los eclipses no son sino el anuncio de ellas. Fray Bernardino de Sahagún recoge las creencias nahuas: una mujer embarazada no debía exponerse a ningún tipo de eclipse, sino su hijo nacería deforme, con ojos chuecos, con labio leporino o se convertiría en ratón. Para los pueblos europeos los eclipses anunciaron el matricidio de Nerón en el año 59 d.C.; así como la Peste Negra que mató en 1348 a entre el 60% y el 80% de la población europea. Incluso la guerra de Napoleón III contra Prusia en 1870, fue asociada con un eclipse. 

En latín le llamamos Luna, en griego Selene o Artemis, en maya Ixchel. En alemán la Luna es masculino, Der Mond. En germánico se le conoce como Mani es el hermano de Sonne, el Sol.

LITERATURA

La Luna es parte fundamental de la literatura. En el siglo XV el astrónomo alemán Johannes Kepler (1571-1630) formuló las Tres leyes del movimiento planetario, donde los planetas giran en órbitas elípticas alrededor del Sol; fue matemático imperial de Rodolfo II tras la muerte del reconocido científico danés Tycho Brahe (1546-1601). A partir de su conocimiento astronómico y desde las teorías heliocéntricas de Copérnico, Kepler escribe el relato Somnia, que en opinión de Isaac Asimov y Carl Sagan, es el primer escritor de ciencia ficción.  

En Somnia cuenta las aventuras del islandés Duracoto que viaja a la Luna en compañía de su madre Fiolxhilde. Para ello necesitan pócimas, pólvora y magia. Protegen sus cuerpos para que no se desmembren durante la travesía y necesitan de esponjas húmedas para poder respirar en el viaje. Tienen contacto con los habitantes de la Luna y aprenden sus costumbres. Kepler cuenta que Duracoto fue alumno de Tycho Brahe, en un fabuloso guiño con la realidad que le cuesta caro, pues el manuscrito se filtró antes de pensar publicarlo y fue acusado de que Duracoto era el alter ego de Kepler y Fioxhilde su propia madre, quien fue encarcelada y casi condenada a morir en la hoguera condenada por bruja. Pudo salvarla con grandes esfuerzos y Somnia fue publicado por su hijo años después de la muerte de Kepler. 

El astrónomo alemán no fue el primero en escribir sobre viajes espaciales, en 1516 el escritor italiano Ludiviuco Ariosto publica el poema épico Orlando furioso, que cuenta las batallas de un mundo carolingio y bretón, por tanto, tiene personajes como Merlín, viajes por los Pirineos y batallas contra los moros. Uno de los personajes de Orlando furioso es Astolpho, hijo de Otto, Rey de Inglaterra y primo de Orlando (conocido también como Roldán). Astolpho después de varias aventuras con seres mitológicos, usa su magia para viajar para salir avante y buscar la cordura de Orlando; sobre el Hipogrifo viaja a Etiopía donde conoce al Preste Juan y al Apóstol San Juan, sobre el carro de fuego de Elijah, Astolpho viaja a la luna donde encuentra encerrada en una botella la cordura del Orlando. Regresa y triunfa en París contra los sarracenos. 

Muchos siglos antes que Ludovico Ariosto, está lo que podría ser la primera historia que ocurre en la Luna. Se trata de Luciano de Samóstata, quien nació a la orilla del Éufrates en lo que actualmente es Siria entre los años 119 y 126, y muerto en Atenas en el 190. Parte de su obra fue traducida por reconocidos pensadores como Erasmo o Tomás Moro. Luciano escribió Relatos verídicos, una sátira fantástica que, desde la verosimilitud, describe viajes por los pueblos de la Luna. Es una crítica fuerte contra la forma sobre el fondo, ya que en eso años hubo severas acusaciones a Heródoto, de quien se decía tergiversaba los hechos en su obra Los nueve libros de la Historia. Relatos verídicos está escrito desde el conocimiento de tiempos del autor y tal vez por eso, entre sus descabelladas historias se vislumbran situaciones comunes en la actualidad como la televisión. En ese sentido, sería hasta ahora, el primer autor occidental en escribir una obra de ciencia ficción. 

Sin ese soporte intelectual, a finales del siglo XVII, el mitómano Karl Friedrich Hieronymus, mejor conocido como el Barón de Münchhausen, tras servir al ejército ruso en el campo contaba todas sus anécdotas llenas de imaginación. Fueron tan populares que el bibliotecario y científico alemán Rudolf Erich Raspe creó un personaje basado en sus aventuras, el resultado es hoy un clásico de la literatura infantil. Entre las aventuras que contaba el Barón de Münchhausen, es que viajó a la Luna sentado en una bala de cañón.  En 1897 el poeta francés Edmond Rostand, con su drama heroico, repitió la proeza lunar con su personaje Cirano de Bergerac que, al untarse médula de buey, flota hasta la luna. Voltaire escribió un relato llamado Micromega, cuyo protagonista es un viajero del cosmos. 

En el mundo contemporáneo, una de las referencias inmediatas de la ciencia ficción es Julio Verne con su novela De la Tierra a la Luna, publicada en 1865, ya que su rigor científico lo hizo vaticinar mucho de lo que ocurrió el 20 de julio de 1969. 

Lo sorprendente en Verne es que la nave con forma de bala, es muy parecida a los primeros intentos de conquista del espacio. Y que el lanzamiento ocurre en un lugar muy cercano a la Florida. De alguna manera Verne predice muchas cosas, el cohete es disparado por un gran cañón que le permite superar la atmósfera terrestre. Y al regresar a la Tierra, Verne propuso una caída en el mar, como ocurrió con los Apolos. 

Mientras Vernes escribía su De la Tierra a la Luna, H. G. Welles cuenta en Los primeros hombres de la Luna que es gracias a una pintura antigravitacional, con la que una nave puede controlar su viaje hasta la luna. Años antes a Welles y Verne, en 1773, el yucateco Manuel Antonio de Rivas escribe lo que está considerada la primera obra de ciencia ficción de hispanoamérica, un relato que puede ser colocado dentro de la tradición de las sátiras sociales que aprovechan el pretexto de un viaje espacial para criticar las costumbres y la sociedad del momento. 

Si en la ciencia ficción la luna ha sido importante, en la poesía es elemento permanente. En el Perú de la Colonia, el Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616), llama en su poesía a la Luna como “la hermana y mujer del Sol” y asoció su templo con la plata, mientras que al Sol con el oro. 

Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695) en Primero sueño, contiene la idea del viaje de la consciencia más allá de los límites de la tierra y habla de la Luna, que aparece en el segundo verso y habla de la contemplación del cosmos desde un punto de vista ajeno a la Tierra. 

Amado Nervo (1870-1919), escritor, periodista, cronista y poeta mexicano; fue un gran aficionado a mirar las estrellas. Tuvo un telescopio y fue divulgador de la ciencia de su tiempo y a partir de sus reflexiones vaticinó las tabletas para leer periódicos y muchos inventos más. Nervo quien compartió ideas con Rubén Darío y Oscar Wilde, encontró inspiración en la luna y el espacio como podemos leer en este fragmento de Kalpa:

En todas las eternidades
que a nuestro mundo precedieron,
¿cómo negar que ya existieron
planetas con humanidades;
y hubo Homeros que describieron
las primeras heroicidades…?

Un kalpa es un período larguísimo de tiempo, de millones y millones de años que equivale a un día de sueño de uno de los grandes dioses de la creación hindú. Borges decía que para entender un kalpa se debía de imaginar un altísimo muro de hierro que es rosado constantemente por una tela fina y suave, el lapso hasta que el muro se haya erosionado correspondía a un kalpa. Nervo se refiere a estos grandes ciclos del cosmos que sobrepasan infinitamente la vida humana. La contemplación se refiere a la luna y el cosmos, en contraste con nuestro pequeñísimo tiempo estatura humano con esta bastedad del espacio. De Nervo está también un poema pequeño que nos vincula con la pisada de Neil Armstrong en la luna:

¿Quién será, en un futuro no lejano,

el Cristóbal Colón de otro planeta?

¿Quién logrará, con máquina potente,

sondear el océano del éter, y

llevarnos de la mano allí donde llegaron 

solamente los osados ensueños del poeta?

CINE

El primer momento de la Luna en el cine se lo debemos a George Méliès, un mago de circo que a finales del siglo XIX, impresionado por el cinematógrafo, ideo los primeros efectos ópticos del cine. Su película más memorable, un referente iconográfico de nuestra cultura, es: Viaje a la luna, inspirada en la obra de Julio Verne De la Tierra a la Luna. Con él vemos a las estrellas con cuerpo de mujer, al rostro de la luna con el ojo tapado por la nave espacial con forma de bala y a los selenitas humanoides. Con Méliès el cine cambió a pocos años de ser inventado, había nacido como documental, ahora era ciencia ficción. Muchas películas fueron filmadas con temas espaciales, la mayoría de bajo presupuesto, pero cuando el cine de ciencia ficción adquirió su mayoría de edad fue con 2001 Odisea del espacio de Stanley Kubrick. Durante mucho tiempo tanto la literatura y el cine, y todas las otras artes y medios, se habían nutrido de una serie de ilusiones que eran cada vez más espectaculares y vertiginosas en relación con la exploración del espacio, el conocimiento del cosmos. La película que presentó la maravilla del espacio, la belleza del exterior, fue la de Kubrick.

2001 Odisea del espacio fue primero una novela concebida por Arthur Charles Clarke, escritor y científico británico nacido el 16 de diciembre de 1917 en Minehead. Fue autor de obras de divulgación científica y de ciencia ficción como El centinela o Cita con rama. Lo impresionante es que Clarke escribió el primer capítulo de 2001, Kubrick lo adaptó; Clarke al ver el guión modificó sus apuntes. Es decir, la novela y el guión se retroalimentaron. Sus pasos no fueron en falso ya que Clarke fue uno de los pioneros de la cohetería, su investigación influyó en la carrera espacial. 

Con Kubrick, la Luna, el espacio y los planetas, fueron reconfigurados con la música de Richard Strauss, el silencio sideral era reinventado con la obertura de Así hablaba Zaratustra, con la que la muerte de Dios de Friedrich Nietzsche adquirió otro significado. La película fue estrenada meses antes del alunizaje del Apolo 11. 

Mientras tanto en la URSS, Andrei Tarkovski, otro gran cineasta, filmaba Solaris sobre la obra de otro gran escritor, el polaco Stalisnaw Lem. Solaris no habla de la Luna, pero al igual que la obra de Kubrick nos lleva a una reflexión sobre la existencia humana tras cruzar la frontera del planeta. Una cosa muy importante que comparten Stanislaw Lem con Arthur C. Clarke, es la factibilidad de la ciencia ficción. La ficción científica no puede ser esa chifladura enloquecida de cosas que uno puede suponer en una mente enfebrecida, es una verdadera extrapolación de los parámetros que proyectan una realidad ficticia. que pude ser.

La obra de Stanisław Lem explora temas filosóficos que involucran especulaciones sobre nuevas tecnologías, la naturaleza de la inteligencia, las posibilidades de comunicación y comprensión entre seres racionales, así como las limitaciones del conocimiento humano y de su lugar en el universo. 

Poco tiempo después, cuando la ciencia no encontró vida extraterrestre, el cine se esforzó en presentarnos una variedad de razas amigables: Star Wars, Encuentros cercanos del tercer tipo, E.T.; o el horror en Alien. En el más escéptico de los casos está Contacto, inspirada en una novela de Sagan, con innumerables antenas mirando al cielo con la esperanza de captar algo más que estática. Parece que, desde la llegada a la Luna, nos resulta difícil sabernos sólo en este planeta.

1969

En 1969 la Guerra Fría marcaba el ritmo de la política del mundo. La Guerra de Vietnam resultaba ser una piedra en la bota militar de Estados Unidos. 

El 1 de junio John Lennon graba en Montreal la primera canción de un beatle en plan solista, fue Give peace a chance, presagio de la separación del cuarteto de Liverpool, quienes ya habían anunciado su no participación en Woodstock. Hacía dos años que el movimiento hippie había sido declarado muerto frente a la comercialización de ciertos conceptos, con la quema simbólica de un hombre de paja en San Francisco, acabó todo.

En la URSS, el músico Pavel Apostolov muere durante el ensayo general de la Sinfonía 14 de Shostakovich. El 28 de junio en Nueva York ocurren los disturbios de Stonewall, cuando unos manifestantes defienden los derechos de los homosexuales. El 13 de julio, el lanzamiento de la sonda lunar soviética “Luna 15” falló en su intento de alunizaje. El 14 de julio El Salvador y Honduras se declaran la guerra después de un partido de fútbol. Peter Fonda, Denis Hopper y Jack Nicholson montaban motocicletas en la película Easy rider. En México, muchos de los estudiantes que se habían salvado de la masacre en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, vivían escondidos o en la cárcel. El 20 de julio de 1969 la primer huella humana marca la superficie lunar. La llegada del hombre a la Luna fue, en muchos sentidos, la pérdida de la inocencia de una generación llena de utopías. Medio siglo después, la carrera lunar se reactiva no sólo es Estados Unidos y Rusia. También China ha puesto en la Luna un objetivo. Los millonarios también quieren sacar partido con la comercialización de viajes y sepulcros espaciales. En 2019, la Guerra Fría no parece tan lejana.

TECNOLOGÍA LUNAR

La conquista de la luna y el espacio también es rentable, aunque en sus primeros años no lo pensaron así. Según datos de la NASA, por cada dólar que invierte para misiones espaciales, recupera 7. Esto se debe a las patentes en ciencia y tecnología, justo el terreno que para políticos y presidentes de México pasa sin importancia. 

Todo lo que se invierten en tecnología en un viaje al espacio, se vende en la Tierra, aunque no lo crea, en este momento tiene cerca algo desarrollado a partir de la llegada del hombre a la Luna: desde una sopa deshidratada o una barra energética, hasta el velkro.

Hasta principios del siglo XXI, era natural que todos los objetos fueran grandes y pesados, sobre todo los equipos electrónicos, los mimos que desde entonces año con año compactan su volumen y aligeran su peso. Eso ha sido un desarrollo espacial, porque para viajar al espacio hay que ahorra en todo.

Equipos médicos como la mamografía digital para la detección de cáncer de seno sin tener que hacer una biopsia, es también resultado del espacio. La resonancia magnética que permitió lanzar satélites artificiales dio después los teléfonos celulares y gps. Las fórmulas para el mejoramiento de tierra para cultivo y los sistemas de reciclaje, nos vienen del espacio debido a la necesidad de regeneración de oxígeno a partir del dióxido de carbono y de convertir en agua potable todos los líquidos que se usan en el espacio. 

En gravedad cero se fabricaron materiales hoy comunes en nuestro planeta, como la fibra de carbono usada comúnmente en gafas y autopartes. Ese polvo de Luna que Jaime Sabines refería en su poema para el bienestar es usado por impresoras 3D para crear herramientas, con la idea de regresar a la Luna y no llevar peso de más. Ahora es fácil encontrar una chamarra o mochila con kevlar. El kevlar fue un material desarrollado para los trajes espaciales. Así que ya sabe, la próxima vez que cocine un huevo en una sartén de teflón, o agradezca la existencia de pañales absorbentes, piense en la Luna. 

NOSTALGIA POR LA HUMANIDAD

Hace 50 años, después de ver la película 2001 Odisea del espacio de Stanley Kubrick, el joven y casi desconocido músico David Jones, rebautizado en la farándula como David Bowie, se inspiró para escribir lo que iba a ser uno de sus primeros éxitos: Space Oddity. Su personaje es el mayor Tom, quien toma sus cápsulas proteínicas para el viaje, se pone el caso y espera la ignición. 

Antes de David Bowie pocos escribieron sobre el espacio, era el final de los años sesenta y lo que dominaba eran canciones sobre la Tierra, la Constelación de Acuario como período donde brilla el Sol y, por supuesto, el amor y la paz. Por esa época Roger Waters conceptualizaba El lado oscuro de la luna como metáfora de la locura, en la portada de ese LP, uno de los más vendidos en la historia del rock, en su portada, se fragmentaba la luz en colores. 

Pero lo que en Pink Floyd la Luna representa parte de la locura, en Bowie fueron las emociones contradictorias de ver por vez primera al planeta Tierra ocultarse en el horizonte lunar, en una postal que seguramente se imaginó Johannes Kepler.

Después de Nietzsche, nos quedó la nostalgia de Dios; después de Freud, la nostalgia por el padre. En México, Juan José Arreola escribió: “Tengo nostalgia de mí mismo, no soy  lo que pensé ser”. Después de llegar a la Luna, la humanidad nunca se había sentido tan sola, así lo canta David Bowie en Space Oddity: Aquí estoy flotando en mi pequeño bote de lata, lejos sobre el mundo. El planeta Tierra es azul/triste y no hay nada que pueda hacer…

Ground Control to Major Tom
Ground Control to Major Tom
Take your protein pills and put your helmet on

Ground Control to Major Tom
Commencing countdown, engines on
Check ignition and may God’s love be with you

Ten, Nine, Eight, Seven, Six, Five, Four, Three, Two, One, Lift off

This is Ground Control to Major Tom
You’ve really made the grade
And the papers want to know whose shirts you wear
Now it’s time to leave the capsule if you dare

This is Major Tom to Ground Control
I’m stepping through the door
And I’m floating in a most peculiar way
And the stars look very different today

For here
Am I sitting in a tin can
Far above the world
Planet Earth is blue
And there’s nothing I can do

Though I’m past one hundred thousand miles
I’m feeling very still
And I…

Si hasta ahora solo sabemos que estamos solos en el universo, tal vez sería buen momento para apreciar más la vida. Carpe Díem.

Imagen: 2001 Odisea en el espacio