Un universo sonoro en Casa del Lago

Un paisaje de la música electrónica y contemporánea del mundo, y de la escena local, es lo que ha ido esbozando la propuesta de este espacio. Una escucha que invita a imaginar

Ciudad de México (N22/Ana León).- Electroacústica del mundo es un ciclo que mes con mes ofrece lo que dentro de la electrónica y la música contemporánea se realiza en otras geografías; un ciclo dedicado a Stockhausen nos lleva por uno de los creadores más destacados de la música del siglo XX y nos acerca a propuestas como las del ensamble alemán Zeitkratzer; pero también podemos disfrutar del avant pop de músicos como los de Lorelle Meets the Obsolete; de festivales como el Nrmal y de leyendas como Patti Smith, todo ha sucedido y sigue sucediendo en un solo espacio: Casa del Lago. Interesados en su propuesta musical como espacio cultural, nos acercamos a su director, José Wolffer para conocer más a detalle cómo se estructura y cuáles son las ideas que animan esta exploración sonora.

¿Cómo empiezas a hacer la programación?, ¿a quién está dirigida?, ¿se tiene un presupuesto para este programa en específico?, ¿cómo funciona?

Primero tenemos un presupuesto que nos asigna la universidad (UNAM) y lo complementamos con unos recursos que generamos aquí nosotros directamente y este presupuesto, que nunca nos alcanza para todo lo que nosotros quisiéramos, pero que nos permite hacer muchas cosas, se reparte en las distintas actividades que atendemos aquí.

Al llegar a la Casa del lago contaba ya con un espacio que me parecía que tenía un potencial muy importante que es el Espacio Sonoro de la Casa del Lago. El Espacio Sonoro tiene la particularidad de que es, en este jardín que está aquí afuera, un sistema octofónico, es decir, de ocho canales, es un 8.1, porque tiene ocho canales más uno dedicado a las frecuencias graves con su buffer y es algo que no existe prácticamente en la ciudad, hay un par de espacios más que tienen también una instalación multicanal al aire libre, pero que no tienen el tipo de perfil que he buscado darle cuando comencé aquí en la Casa del Lago.

Espacio Sonoro, intervención de Pedro Castillo

¿Por qué es esto importante? Porque tienes la manera de ocupar espacialmente, de difundir espacialmente el sonido en un espacio como es éste, y nos permite darle salida a toda una serie de manifestaciones sonoras que se están produciendo hoy en día, o que incluso encargamos directamente algunas nosotros, que son, de alguna manera, muy representativas del pensamiento sonoro contemporáneo, y con eso estoy pensando tanto en la música electroacústica que se hace en otros lugares del mundo. Una vez al mes tenemos una sesión que le llamamos justamente Electroacústica del mundo, en donde presentamos una selección de un país en particular, para esto colaboramos con MUSLAB, que es una iniciativa que lleva Pedro Castillo, y entonces podemos mes a mes escuchar lo que se está haciendo en Italia, EEUU, Canadá, etc.

También hay una escena bastante importante aquí en la ciudad, de gente que está trabajando con este tipo de formatos, otra de las cosas que buscamos es invitar, por lo menos una vez al mes, a gente de la escena local a que trabaje con el espacio. En ocasiones vienen con proyectos que ya han estado trabajando en el estudio o que es un proceso en el que ya están ellos inmersos, a veces son proyectos pensados especialmente para este espacio. Uno, por ejemplo, que tuvimos el lunes pasado fue con dos compositores, Andrés Solís y Juan Felipe Waller, que hicieron una improvisación con instrumentos diseñados por ellos mismos, todo esto a través de una serie de capturas de amplificación y de proceso electrónico que le aplican, y como tenemos la coyuntura este año, que vamos a estar regresando a ella con alguna frecuencia, de que se cumplen los 50 años de la llegada a la Luna en julio del 69, yo al comentar esto con Andrés y con Felipe cuando los invité a que participaran, decidieron darle un ángulo performático y se disfrazaron como astronautas, fue una especie de performance sonoro alusivo a los 50 años.

La idea que anima la programación musical de la Casa del Lago, es ofrecer un abanico bastante amplio de lo que se está haciendo hoy en día, también de algunas manifestaciones ya consolidadas musicalmente, por ello puede haber un recital de música de Chopin, por ejemplo; hicimos un ciclo dedicado al clavecín, donde tuvimos un recorrido de nombres importantes del clavecín. Hay un cierto legado musical con lo que estamos dialogando. Pero quizá lo que ha sido más reconocible en este par de años, y que es lo que hemos estado buscando muy insistentemente, es que sea un ventana hacia la creación sonora contemporánea.

Descartes a Kant

Esto implica muchas vertientes distintas, desde este tipo de proyectos de los chicos disfrazados de astronautas improvisando, pero también implica la visita de Zeitkratzer, un ensamble alemán de muy importante trayectoria que nunca había estado aquí en México, ellos desarrollan una serie de actividades en distintos frentes musicales que puede ser desde ocuparse de nombres importantes del siglo XX, como es el caso de Stockhausen, hasta la otra cosa que van a presentar, porque tienen tres actividades con nosotros. Esto que es el 23 de mayo y al día siguiente para la inauguración de Poesía en Voz Alta van a hacer la versión instrumental que ellos mismos prepararon de Metal Machine Music, de Lou Reed, que es un disco que él sacó en los setentas, un disco netamente experimental de música, de alguna manera, noise, electrónica con la que él estaba jugando en ese momento. A los de Zeitkratzer les llamó mucho la atención y prepararon una versión instrumental, se la propusieron a Lou Reed, que además estaba un poco escéptico, pensaba que no iba a funcionar una versión instrumental y cuando escuchó un demo que le mandaron los de Zeitkratzer, dijo “adelante”. Vamos a tener eso, aquí mismo en el foro Arreola, que son dos facetas muy representativas de su trabajo: una es incursionar de plano en territorios como éste de arreglar una pieza de Lou Reed, bastante oscura, pero muy significativa y particular, hasta estar ocupándose de los clásicos del siglo XX. Y la otra, la tercera patita de su visita, que es una parte que estamos armando todavía, es un poco más informal porque no es un concierto como tal sino que es una suerte de taller, ellos tienen mucho interés en la música popular, se han ocupado de la música popular de Austria, de Alemania y la abordan desde una perspectiva muy particular, se la replantean, le dan vueltas y la trabajan, la deconstruyen de alguna manera, entonces lo que platicaba con Reinhold Friedl, que es el director, es ¿por qué no con algunos músicos locales mexicanos plantear también esa experiencia de revisitar música popular mexicana? Esto de la música popular no es propiamente un concierto, más bien va a ser una especie de laboratorio que tendrá alguna presentación, también bastante informal al final.

Hasta aquí estamos hablando de música contemporánea, hemos hablado de música electroacústica, de música electrónica. Lorelle Meets the Obsolete, este grupo de avant pop, como dicen ellos, mexicano, que también es bastante indicativo de las líneas que nos interesa trabajar: que son grupos de música popular, no folclórica, pero sí música que surge de un entorno muy distinto a la música clásica, y que creo que es también representativa de un momento generacional. Así como tuvimos este grupo, tuvimos al festival Nrmal, hace unas semanas.

La idea con todo esto es cubrir un abanico de manifestaciones musicales distintas, pero siempre con la idea de que la gente acuda a la Casa del Lago con el afán de que les ofrezcamos algo distinto.

¿Cuál es el perfil de los invitados que van seleccionando además del género?

Va variando, un poco lo que te estoy trazando son las líneas más concretas dentro de este universo amplio musical, porque la música es universo gigante, podemos hablar desde música de cámara, rock, electrónica, jazz, música folclórica, en fin, son muchos mundos, de alguna manera resumidos en la palabra música. Lo que te estaba planteando aquí son los ejes con los que trabajamos más, que son presentaciones pensadas para el foro exterior, y éstas suelen ser del tipo Lorelle Meets the Obsolete o de Nrmal, algo de música actual.

Lo que está pensado para el Espacio Sonoro, que se centra mucho en música electroacústica, hemos hecho intervenciones, por ejemplo, de poesía espacializada, que es una de las líneas históricas que tenemos en Casa del Lago, que es trabajar con la palabra hablada, manifestada; hicimos, por ejemplo, una selección de poetas en colaboración con la Universidad de Salamanca el año pasado, en donde la universidad que da este premio Reina Sofía, que es bastante conocido en el mundo hispanohablante de la poesía, ha editado cada año un volumen dedicado al poeta que recibió la distinción. Hicimos una selección, esas lecturas de los poetas de distintos autores las montamos sobre un ensamblaje sonoro que presentamos aquí afuera. Te menciono esto de la poesía que aparece cada tanto, es una línea que quizá no se trabaja con tanta frecuencia como lo que te digo de música electroacústica, pero que también está ahí presente, un poco para ilustrarte el espíritu de búsqueda que también hay detrás de esto.

¿Dentro de ese trabajo entró la lectura de Rosario Castellanos hace poco más de un mes?

Sí. Lo de Rosario Castellanos viene de la colección de Voz Viva de la universidad (UNAM). Me interesaba darle cierto juego a esta colección, que se escuchara. La lectura de Rosario Castellanos es una lectura grabada por Voz Viva y vamos a estarle dando juego de manera bastante continua, a lo largo del año, a distintos representantes de esa colección.

¿Cuántos ciclos se programan al año?

Son ciclos que tienen una periodicidad mensual. El de Electroacústica del mundo sucede una vez al mes. Tenemos cuatro fechas, aunque de pronto tenemos un mes con cinco fines de semana, una de las fechas la dedicamos a Electroacústica; otra a una Sesión de escucha, que es la presentación de algún representante del medio mexicano; hay una presencia bastante continua también en el foro que no tiene un nombre como ciclo, pero sí es una línea que está presente de manera continua; a veces tenemos una presencia muy intensa cuando tenemos al festival Nrmal y tenemos a banda tras banda en la terraza o a veces sucede como con los de Lorelle que se presentan con cierta periodicidad.

Otro de los ciclos que hay que considerar también, es la colaboración de la Facultad de Música, que es un cómplice de bastante tiempo aquí en la Casa del Lago, lo que yo les propuse es que diseñáramos de manera conjunta una serie de líneas programáticas que pudiéramos trabajar a lo largo del año, propuestas de los estudiantes y de los profesores de la facultad, y nos proponen una serie de programas. Aquí básicamente hay una serie de música de cámara, que va también teniendo presencia, más o menos, una vez al mes. Yo he puesto especial énfasis de que también sean programas que aborden música contemporánea mexicana. A veces tenemos música muy nueva, incluso algunas obras son de compositores que son estudiantes de la facultad y esto nos regresa a esa premisa básica que es la que anima todo esto:: ser una plataforma para la creación musical y sonora actual en muchas vertientes distintas.

Cleric


Hay una inclinación en este programa que es sobre los géneros, la música experimental, la electrónica, la música contemporánea… ¿tiene algo que ver con tu formación como músico también?

Claro. Por un lado, me parece que la Casa del Lago ha sido, en su historia, un espacio propicio para la propuesta y para las nuevas manifestaciones, y esa inquietud que hay, prácticamente, desde la formación de la Casa como espacio de cultura, yo la he ido nutriendo también con aquello que manejo muy de cerca, desde hace algunos años, que es todo este mundo sonoro experimental contemporáneo. Ahí claramente se nota mi cuchara en la programación.

¿De alguna manera se vinculan los proyectos de la casa en artes visuales o música, o cada uno vive en el mismo espacio pero con su propia identidad o tienden a mezclarse?

He buscado que en la medida de lo posible se retroalimenten esas distintas vertientes. Tenemos ahorita esta exposición dedicada a Joseph Renaud, un artista valenciano que se exilia en México después de la caída de la República Española, en los años 30, se vincula aquí con toda una escena en la que estaban Diego Rivera, Siqueiros, y cuando ves la obra que tenemos aquí, que nos prestó amablemente su sobrino, Carlos Renaud y algunas otras instancias, ves realmente un trabajo de fotomontaje de alguien que era un pionero, digamos, al reunir en un sólo espacio gráfico distintos elementos con pesos simbólicos específicos. Es una especie anticipo de Pop Art a la vez que es una crítica social, sobre todo, una crítica del capitalismo muy fuerte.

Buscamos también encontrar vasos comunicantes con las otras disciplinas. Tuvimos también hace un par de semanas una sesión de escucha, aquí en el Espacio Sonoro, de música de Julián Orbón, un músico que se hizo cubano, pero que surge del exilio español; tuvimos una sección de música dedicada a Rodolfo Halffter, que es otro compositor exiliado español aquí en México.

Buscamos también que una premisa de artes visuales, por ejemplo, se enriquezca con propuestas musicales. Puede funcionar también a la inversa. Normalmente lo que nos sirve de punto de partida es la exposición,

porque esa permanece durante mucho tiempo, y la idea de estas jornadas es armar un programa multidisciplinario que potencie y que comente también la materia de la propia exposición y que la haga más dinámica y más interesante para el público.

Para ti, en específico, si tuvieras que enlistar o enunciar, ¿qué características debe tener un programa de música de un espacio como Casa del Lago?

Depende mucho de la visión que se le quiera dar. Una línea que se ha trabajado aquí de tiempo atrás y que he continuado porque es bastante reconocida para el público es, por ejemplo, la música de cámara. A mí me parece importante este perfil que le hemos dado de música contemporánea porque es una escena que conozco bastante de cerca y en la que me he movido a lo largo de los años y creo que están sucediendo cosas muy atractivas y muy propositivas ahí, que vale la pena darles una plataforma para que se conozcan, pero puede también suceder que alguien con una idea distinta o con otra noción de que el lo que debe ser un programa musical, escoja un programa completamente distinto.

El espacio te define también, hasta cierto punto, qué puedes hacer. Si tenemos una instalación de ocho bocinas afuera en un jardín podemos perfectamente ponerle play a una grabación de música de Bach o a una grabación de sones jarochos, eso sería una manera muy sencilla de usar el espacio, pero a lo que te está invitando es a que convoques a gente que va a aprovechar esas herramientas que estás poniendo en sus manos.

Ahora, no tenemos una sala de conciertos como tal, tenemos un salón, el Salón Rosario Castellanos, que es bastante multiusos, que utilizamos para presentaciones de libros. Contamos con un piano muy interesante que es un Bösendorfer, un piano austriaco de concierto, entonces eso también se presenta a utilizar el piano y a pensar en actividades que funcionen en una sala de estas características.

En esa medida, también respondemos a aquello con lo que contamos en el espacio. Va a depender de la persona que está a cargo de la dirección artística, pero estableciendo todo el tiempo un diálogo con lo que ya se ha hecho, con lo que resulta atractivo hoy en día, con lo que puede resultar reconocible para el público, con lo que a mí personalmente me parece que es importante comunicar y poner a disposición de la gente para que lo conozca. Eso puede ir cambiando a lo largo del tiempo.

Aquí yo he buscado tratar de abarcar un abanico musical bastante amplio, sí con este énfasis en la música experimental y contemporánea.

Una premisa muy clara es que la creación a través de herramientas tecnológicas representa una venida de creatividad, de inventiva, de imaginación y de exploración absolutamente fantástica. Creo que es algo que ha distinguido la música de 1945 en adelante de toda la que vino antes. Darle un espacio a eso y una proyección lo más clara posible a ese tipo de trabajo creo que es, para mí, una labor fundamental que tiene que hacer un espacio que se ocupa de la creación contemporánea y en particular aquí, de la música.

La propuesta musical de un espacio, de manera más general, lo que tienen que hacer es, también, establecer a sus interlocutores, si yo abarcara un abanico demasiado amplio y estoy dando brincos la gente no va a entender a qué le estamos apostando. Sea cual sea lo que anime tu propuesta como programador, debe haber una línea reconocible o dentro de una línea más general, que haya una especie de sublíneas que resulten identificables para el público.

Si alguien se adentrara a ver el programa de música de Casa del Lago de todo lo que se ha hecho ahorita, ¿cuáles serían los invitados o las coordenadas que darías a alguien para animar la escucha de este programa?

Acabamos haciendo por una serie de coincidencias bastante afortunadas, un ciclo dedicado a Stockhausen este año, esto para mí fue un concierto muy indicativo del tipo de cosas que queremos hacer, porque es una pieza fundacional de Stockhausen en donde plantea una música electrónica, pero en la que también intervienen instrumentos en vivo, hay una versión de Kontakte que es puramente electrónica, pero la versión que presentamos es para la parte electrónica y dos instrumentistas, y uno que está manejando la consola y las distintas pistas y la hicimos afuera en el foro. Es una de las piezas más importantes de la música moderna de los últimos setenta u ochenta años. Kontakte fue una de esas apuestas.

Te diría también que la visita de Zeitkratzer siento que va a ser bien importante.

Este ciclo que hacemos de electroacústica es bien revelador. A lo largo del tiempo si tienes una escucha prolongada y vienes a varias sesiones, vas a tener un panorama de lo que se está haciendo de la música electrónica.

Patti Smith

Otra cosa que fue memorable fue la visita de Patti Smith, eso fue en 2017.

El concierto que dio Lee Ranaldo el guitarrista de Sonic Youth, en la fiesta del Libro y la Rosa el años pasado, también fue importante.

Lee Ranaldo


Hicimos el estreno no sólo para México sino también para América Latina de una pieza de Salvatore Sciarrino, un compositor italiano, de una pieza para cien saxofones que fue todo un acontecimiento sonoro y performático allá afuera.

Si te quedaste con ganas de más. Te dejamos una playlist armada por José Wolffer, una invitación más a este universo musical contemporáneo.

Imagen de portada: Zeitkratzer

Imágenes en cuerpo de texto: Cortesía de Casa del Lago UNAM /
Natalia Gaia