Pioneras y olvidadas

La tabla periódica cuenta con el trabajo invisibilizado de varias mujeres que investigaron en condiciones dispares

 

 

Ciudad de México (N22/ Karen Rivera).- Lise Meitner fue una física austriaca de origen judío que, en 1907, trabajó en el sótano de un instituto de la Universidad de Berlín, como colaboradora del Químico Otto Hahn. Sin recibir sueldo y sin poder pisar el laboratorio del científico alemán, formó parte del equipo que descubrió la fisión nuclear por el que Hahn fue galardonado con el Premio Nobel de Química. A lado de su colega articuló la teoría en la que describía cómo el núcleo de un átomo podía dividirse en partes más pequeñas.

“Sin embargo, ella no es reconocida desde los primeros reportes de su trabajo, ya que se atraviesa la Segunda Guerra Mundial y Otto Hahn dice que nunca la incluyó en sus publicaciones porque se trataba de una mujer y además de una mujer judía, de manera que ella es víctima doble de discriminación en ese tiempo”, dijo Verónica García, investigadora Instituto de Química UNAM.

Meitner participó en el descubrimiento del isótopo de Protactinio, que ocupa la posición 91 de la Tabla Periódica, y se nombró Meitnerio, al elemento sintético número 109 de esta herramienta en honor a su trabajo.

Como ella, otras mujeres colaboraron en los hallazgos de los elementos químicos. Entre las que se encuentra la científica polaca Marie Curie, ganadora de dos Premios Nobel. “A ella se atribuye también el descubrimiento de dos elementos químicos de la tabla periódica que es el Radio, y el Polonio, el Polonio lleva el nombre de Polonio en honor al lugar donde ella nació”.

También se encuentran la química y física alemana Ida Noddack, que trabajó en el hallazgo del Renio, uno de los elementos más escaso de la corteza terrestre; la física francesa Marguerite Catherine Perey, a quien se le atribuyó el Francio, el último elemento natural en ser descubierto; y Julia Lermontova, la primera mujer rusa en obtener el grado de Doctora en Química.

Estas mujeres marcaron un parteaguas en la ciencia de ese momento, del siglo XVIII a la ciencia actual, por los retos que enfrentaron al no poder asistir a una universidad, tener que trabajar en laboratorios exclusivamente para ellas porque no podían trabajar con más investigadores que eran hombres. “Aunque se reconocen algunas mujeres, seguramente en los grupos de investigación de todos los elementos hubo alguna mujer, pero no se le dio el reconocimiento a esa contribución”.