Por la NO normalización de la violencia contra las mujeres en el periodismo

El testimonio de la periodista colombiana y activista Jineth Bedoya Lima, apela a visibilizar la violencia sexual que se ejerce contra las periodistas en el ejercicio de su profesión 

 

Ciudad de México (N22/Irma Gallo).- “Hace ya 19 años sufrí uno de los peores crímenes que pueda enfrentar una mujer: la violencia sexual, y lo sufrí en medio de mi trabajo periodístico, investigando a una red de tráfico de armamento y de personas”, dijo Jineth Bedoya Lima, periodista y activista.

El 73 % de los puestos altos en los medios, en todo el mundo, son ocupados por hombres; las mujeres mayores de 34 años de edad tienen mucha menor representación como conductoras o presentadoras de televisión que los hombres; 86 % de las mujeres periodistas en todo el mundo ha manifestado sufrir acoso en sus trabajos. Estos son solo algunos de los datos que hoy dieron a conocer Belén Sanz Luque, Representante de ONU Mujeres en México y Frèderic Vacheron, de la UNESCO, también en nuestro país. Si esto no fuera poco, la periodista colombiana Jineth Bedoya Lima puso el dedo en la yaga, evidenció una realidad de la que nadie quiere hablar: la violencia sexual que se ejerce contra las periodistas en el ejercicio de su trabajo y cómo los medios estamos cubriendo esos temas.

“Solamente cuando estuve de ese otro lado, cuando tuve que afrontar el secuestro, cuando tuve una pistola 9 mm en mi cabeza cargándose cada cinco minutos y que sabía que me iba a morir, realmente tuve conciencia de cuál era mi papel como periodista. […] Lo primero que me ocurre es encontrarme con mis colegas cuando estoy en la clínica, en el hospital adonde me llevan y lo primero que hacen ellos, o uno de ellos, es pedirme que les regale una declaración. Antes de preguntarme cómo estoy, si quiero hablar con mi madre, si necesito algo, si necesito ropa, porque me dejaron desnuda, tirada en una carretera. […] Sentí mucho asco del periodismo que estaba haciendo mi colega pero, sobre todo, del periodismo que había hecho yo hasta ese momento.”

Jineth, que hasta entonces había escuchado, y creía firmemente en que el periodista no debe ser activista, cambió radicalmente su opinión. Inició una campaña que se llama No es hora de callar, qué ayuda a visibilizar la violencia sexual contra las mujeres y cómo la cubren los medios.

“Nos cuestionamos si cuando las mujeres generamos contenidos tienen una mirada diferente sobre todo en temas de violencia. Yo les puedo decir desde mi experiencia que sí, porque la violencia nos puede tocar a todos y a todas. Los hombres también sufren violencia sexual, los hombres también sufren amenazas y sufren persecución, pero el daño, la afectación sobre más mujeres indudablemente es veinte veces más impactante que para un hombre, porque si yo no hubiese sido Jineth Bedoya, sino Pedro Pérez, me pegan un tiro. El sicario me dispara en la cabeza y me mata. Pero como era Jineth Bedoya me torturaron por largas horas y me violaron masivamente.”

Después de la violación Jineth se quiso suicidar. Precisó de nueve años para entender cuál tendría que ser su camino.

“Descubrí que además de periodista era activista. Y muchas veces me han criticado por eso porque dicen que el periodismo y el activismo no son compatibles.”

Para el periodista mexicano Mael Vallejo, si bien la violencia contra las mujeres periodistas entre las nuevas generaciones en nuestro país ha disminuido porque ya hay más conciencia al respecto, todavía es un lastre contra el cual hay que pelear.