Entrar y salir de la naturaleza

Tanya Huntington presentó en Guadalajara su libro de poesía Solastalgia, una conversación entre la literatura y la naturaleza

 

Guadalajara, (N22/Perla Velázquez).- Tanya Huntington vive en México, pero es estadounidense. Ahora está en Guadalajara para presentar su libro de poesía Solastalgia (Almadía, 2018). Desde 1991, la artista multidisciplinaria supo que este país sería su segundo hogar: “uno de mis mentores fue José Emilio Pacheco y él decía que uno debía tener la libertad de elegir de dónde uno es, mas no el accidente de nacimiento nos debe determinar nuestra identidad. Así que yo declaro a México como mi país adoptivo.”

Huntington habla con fluidez el español, se notan los años que ha dedicado a entender una nación como ésta. Para seguir analizando es que publica Solastalgia un libro que reúne pensamientos in situ, de algunos lugares de México, postales que te llevan a recordar la belleza que hay en la naturaleza. A propósito de la publicación platicamos con ella en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

Solastalgia es un neologismo, una combinación de palabras, que evoca a la naturaleza y la lejanía que tenemos con ella. Los poemas están dedicados a la belleza que encontramos alrededor, ¿esa era la finalidad?

Nací en un lugar rural de Estados Unidos en donde sí hay una tendencia de este país de vivir de espaldas a la naturaleza, de no apreciar el hecho de que es el cuarto país más biodiverso del mundo y hay lugares hermosísimos más allá de la vista que aparece en el Instagram de todos. Si uno se aparta un poco no puedes creer lo que estás viviendo: hay unos bosques, flora, que no parece ser de este planeta extrañamente helechos más grandes que el coche de uno, maravillas auténticas que parecen inventadas por el anime japonés.

Yo quería que fuera una invitación a reentablar este diálogo con la naturaleza antes de que sea demasiado tarde. Siempre me gusta insistir: no creo que sea un poemario panfletario de corre y abraza un árbol, pero sí sentir ese diálogo con la naturaleza forma parte de la literatura y no debemos olvidarla, ni ignorarla.

Hay un poema en donde dices que el ser humano nunca llegará a conocer a un árbol, como lo hacen quienes habitan allí. ¿Crees que cada vez entendemos menos a la naturaleza y la relación es más estrecha?

Tengo una tendencia a enamorarme de árboles específicos y en este poemario hay poemas dedicados a tres o cuatro, a manera de retratos u homenajes o como poemas de amor para árboles en específico. Esto quizás tiene que ver con el hecho de que cuando era niña me encantaba la mitología griega y pues quizás no como esta figura femenina que ellos describen como “el espíritu de cada árbol”, pero sí siento que cada árbol tiene algo, ha vivido mucho tiempo.

No me acuerdo quién fue el biólogo que me abrió los ojos que dice que hay que reflexionar de la vida que habita un árbol, no es nada más la ardilla, son los insectos y son otras plantas.

Además de escribir, también eres pintora. ¿La poesía es un reflejo de todas esas actividades artísticas que realizas?

La poesía es una creación escritural, es artesanal. Justamente quería en este poemario aprovechar lo que no se puede hacer con la tecnología, desenchufar todo e ir a un lugar remoto, estar con el cuaderno, tomar fotografías, pero estar con lecturas y dejarme permear de estos sitios antes de que sea demasiado tarde, porque muchos de estos hermosos lugares corren un riesgo inminente de devastaciones. Así que es una especie de mensaje en botella, cada poema. En ese sentido, sí están escritos muchos de ellos in situ porque quería justamente tratar de comunicar esa experiencia del estar ahí  y que no se puede reproducir con la realidad virtual ni a través de una pantalla.

Al leer el poemario, en la mente del lector se pueden dibujar postales, recuerdos de alguien que estuvo en Holbox, Monte Albán e incluso en La Habana.

Quería que fuera una especie de túnel que te permitiera estar conmigo en ese lugar, aunque fuera momentáneamente. En cuanto a las demás artes, lo que pasa es que así nací, imagino que no estoy sola; nací multidisciplinaria y desafortunadamente hay una tendencia en el entrenamiento, la formación que tenemos de ir eliminando opciones e irnos hiper especializando.

Me acuerdo el año que llegué a México, escuché a gente decir cosas como: “pero yo no puedo opinar de poesía, porque yo escribo prosa” y dices: “oye, pero por supuesto que uno puede opinar de algo que no necesariamente hace o tenga el don de hacer”. Algo aquí que fue una gran ventaja y que nos brindó la revolución digital es que abrió las puertas hacia lo multidisciplinario de nuevo, porque el internet en sí es multidisciplinario. Yo sostengo que la literatura lo ha sido también, que la poesía nace en el regazo del teatro, que es uno de los géneros multidisciplinarios por excelencia.

Me alegro mucho de construir una vida por excelencia, para mí misma en donde no tengo que decidir entre la fotografía o la pintura o el dibujo o la poesía sino que uno puede alimentarse del otro y sí siento que hay una relación virtuosa entre las distintas disciplinas y que me llevan hacia lugares que tal vez no hubiera llegado a través de un solo género.

A pesar de que hablas español, tus poemas los escribiste en inglés y dejaste la traducción a Hernán Bravo Varela, ¿por qué decidiste hacerlo en inglés?

No me llega en español, de verdad, uno tiene sus limitaciones creo que es importante reconocerlos. Sí he escrito poesía en español, he intentado incluso traducir mi propia poesía al español, porque escribo otras cosas en español, no es que no sepa construir un verso en teoría y sin embargo no me sale, no me sale a mi gusto y cuando tengo la gran fortuna de estar en un gremio con gente tan talentosa como Hernán Bravo Varela por qué no confiarle a él, que él haga una versión mucho mejor de la que me hubiera salido a mí.

Tú eres traductora y conoces de las dificultades para realizar esta actividad. En el libro las dos versiones están impresas y permite que el lector pueda entablar un diálogo con ambos idiomas, ¿por qué decidiste mantener ambas lenguas en el impreso?

Es curioso, un día estaba en una mesa de traducción y nos dimos cuenta todos los presentes de algo muy extraño que es que, cuando es un libro propio y hay una versión como ésta, que hizo Hernán Bravo, siendo autor tú ya no sientes que es tuyo el libro al 100%. Esta es una obra de Hernán, no es un diccionario que te da palabra por palabra, sino que hizo poesía a partir de mi poesía.

Sin embargo, cuando uno está traduciendo uno sí siente que todavía es el libro del autor original. Es curiosa la ambigüedad que eso representa pero justamente me gusta eso: los dípticos, la ambigüedad, las conversaciones, los diálogos, espero que sean versiones que dialogan el uno con el otro.

Hay un poema que tiene que ver con el antropocentrismo, creo que es el que mejor resume el libro, porque habla de no sentir que el mundo gira a nuestro alrededor, de sacarnos de esta burbuja que a veces llegamos a vivir.

Sí, cuando menos no es emocionante la posibilidad de que pudiéramos contemplar no estar en el centro de absolutamente todo, aunque fuera por unos cuantos minutos y sí, sé que eso es algo que si nos vamos a la tradición oriental se práctica a través de la  poesía Zen, es lo que busca el Haiuku, estar en la naturaleza y perderse al yo, perder al uno mismo. Ahora, en Occidente, quizás nuestros caminos son un poco diferentes y sin embargo a mí me llena de ilusión la posibilidad de que este horrendo narcisismo que permea absolutamente todo hoy día lo podamos apagar un ratito y escuchar al mundo que sí está a nuestro alrededor.