«Olimpia», otra lectura del Movimiento Estudiantil del 68

Parte de la Selección Oficial de la 16 edición del FIC Morelia, la cinta de José Manuel Cravioto busca crear un puente para que “en el futuro cercano y lejano se siga hablando de este tema”

 

Ciudad de México (N22/Huemanzin Rodríguez).- A 50 años del Movimiento Estudiantil de 1968, el director de cine José Manuel Cravioto se preguntó qué significaba eso más allá del 2 de octubre en su generación y la que ahora se forma en el CUEC, de donde es egresado. Al revisar materiales, enfocó su ojo en un punto sensible de la memoria de la universidad: el día que el ejército tomó la UNAM. Así nació la película Olimpia que participará en el Festival Internacional de Cine de Morelia.

“Fue un proceso largo, un proceso de años de estar leyendo y revisando materiales, conociendo películas, escritos. Quería participar también como director de cine, sumarme a lo que se ha escrito y filmado sobre 1968. Siempre me he acercado a los temas a partir de una inquietud, así ha pasado en todas las películas que me toca escribir, comenzar o producir, y era algo que tenía en mente desde hace tiempo. Y hace un par de años decidí comenzar este proyecto que planteará una nueva visión, o una opinión sobre la visión de los jóvenes en el movimiento.”

¿Qué técnicas utilizaste y cómo acudiste al material de archivo?

Comenzó con una reflexión en la que quería que mi película tuviera la energía que tenía la película El Grito. A partir de este proceso mental, de decir que me gustaría que se viera o se sintiera como esa película, pude, en mucho, decidir cómo sería técnicamente y narrativamente: opté porque los personajes que estaba escribiendo, vivieran y sintieran ese movimiento estudiantil que vemos en El Grito, y se mezclara la ficción con el documental que se integraría más tarde, meramente por una cuestión formal de resolución, por medio de rotoscopia. Esto es para que, al final, la película mezclando documental y ficción, terminara siendo una película de  animación.

En los inicios del cine, cuando sólo existía el blanco y negro, artistas como George Méliès (1861-1938) pintaba cuadro por cuadro del negativo para dar la sensación de película de color, a esa técnica se le llama rotoscopia, perdura con cambios técnicos hasta nuestros días. Cravioto involucró a varios alumnos del CUEC para generar esa rotoscopia en Olimpia para lograr, de esa manera, una película coral como lo es el documental El Grito.

Me interesaba que pudieran estar reflejados muchos de los personajes que encontré en la literatura, en el cine, en los documentales que conocí, en los testimonios de mis maestros porque yo estudié cine en el CUEC, pieza fundamental para hacer El Grito. Y, básicamente, quería inspirarme en esas historias para contar Olimpia de manera coral.

En Olimpia está también la anécdota de Alcira Soust Scaffo, poeta uruguaya que formaba parte de la universidad y que se escondió tres días en un baño de la Torre de Humanidades mientras que los militares arrestaban a alumnos y a  maestros.

Es uno de los testimonios que es una de las grandes leyendas del 68, esta poeta nacida en Uruguay, Alcira, quien decide encerrarse en un baño de la Torre de Humanidades durante dos días, donde se alimentó de papel y agua, mientras el ejército ocupó Ciudad Universitaria. Yo quise hacer una interpretación libre de este suceso ya que me resulta evocativo y metafórico, para hablar en Olimpia de un tema que tiene que ver con el encierro, que tiene que ver con aislarse.

Tienes una escena post-crédito al final de tu película donde involucras a la poesía, se trata de un poema de Elsa Cross.

Encontré un poema que redondeaba toda la película que venía escribiendo. Un poema titulado “A quien corresponda”, de Elsa Cross. No sólo hay fotografías y cine, también hay poesía, en este caso un poema hermosísimo de Elsa Cross. Y que está puesto de una manera muy especial en dos momentos.

¿Consideras a tu película como un puente entre tu generación y la que hizo El Grito?

Así comenzó la película, como queriendo saber más del tema. Conocer más del tema. Conocer a los personajes estuvieran vivos o muertos, yo quería saber más de sus historias. Y el cine nos permite a los directores conectar por medio de la ficción y darles vida. Al final,  es una película hecha para jóvenes, para que a 50 años vean de una manera distinta un mismo suceso que nos han contado otras generaciones, la generación de nuestros padres. Y también generar este puente, espero poder motivar para que haya cineastas en el futuro cercano y lejano, que siga hablando de este tema.

 

**Festival Internacional de Cine de Morelia, del 20 al 28 de octubre del 2018