Ludovic Bonleux, «Guerrero», el documental

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El trabajo del cineasta francés es un retrato crudo de la violencia en este estado de la república, pero es también una retrato de la pérdida del miedo

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Ciudad de México (N22/Julio López).- Desapariciones forzadas, violencia, narcotráfico, corrupción e impunidad esto son algunos de los temas que permean el documental Guerrero, un trabajo que da cuenta de lo que ha ocurrido y ocurre en este estado de la República Mexicana.

“El problema de los desaparecidos en México es hoy en día muy visible, qué bueno que sea más visible que antes, es un drama humanitario. Las cifras oficiales me parecen que están ahorita en 37 mil personas desaparecías, pero solo toman en cuenta a la gente que ha denunciado y sabemos que en México el 90% de los delitos no están denunciados, y tampoco toma en cuenta a los migrantes centroamericanos que atraviesan el país y desaparecen”, comenta el cineasta francés Ludovic Bonleux.

El filme muestra que lo que le sucedió a los 43 estudiantes en Ayotzinapa es una práctica común, en casi cualquier montaña se encuentran fosas con restos humanos. Estos hechos vergonzosos son narrados por tres personajes que a la par que buscan justicia y resignación, se dan a la tarea de rastrear restos humanos.

“Es muy ejemplar lo que hicieron ellos, empezaron a ir a buscar a fosas, nadie lo había hecho antes. Los padres de los 43 empezaron a buscar en fosas en los alrededores de Iguala. A ellos se les quitó el miedo, toda esa gente de ese colectivo que se llama Los otros desaparecidos, y hay otros en la región, vieron que se podía ir a las fosas clandestinas, porque toda la gente sabe dónde están las fosas clandestinas, solo que tenían miedo de decir dónde están, entonces esa gente empezó a ir y ahí encontraron esos cuerpos. Lo que hemos visto y lo que vemos en el documental es que los agentes del Ministerio Público no hacen su trabajo, están alterando las pruebas, están mezclando todo y modifican las escenas del crimen lo que hace que sea mucho más difícil encontrar e identificar a sus familiares.”

El trabajo es difícil de ver pues muestra sin concesiones una realidad terrible, una realidad que se ha vuelto cotidiana. “La estética del documental es muy cruda porque vemos los huesos,  los cuerpos, hay niños en esas fosas, vemos gente morir en el documental. Y ¿por qué enseñarlo así? Porque es la realidad cotidiana de Gurrero, es la realidad que yo he conocido hace 15 años y que no ha cambiado.  

El documental Guerrero es sólo una pequeña muestra de lo que ocurre en otros estados del país como Veracruz y Sinaloa.

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