Tania Bruguera: «El poder le tiene miedo a la gente que lo ha puesto en el poder»

Los proyectos de largo aliento de la ‘artivista’ cubana llegan al MUAC; Bruguera busca crear instituciones y plataformas democráticas y que algún día la libertad en Cuba deje de ser un performance

Ciudad de México (N22/Ana León).- Tania Bruguera nació en La Habana en un año políticamente crucial a nivel internacional: 1968, cuando el mundo sufría uno de esos procesos en los que deja de ser como lo conocemos. Sucedió el Mayo francés, la Primera de Praga y la Revolución Cultural China, entre otros momentos de un intenso ahora que marcaron la historia universal décadas después. Su primera educación la recibió en Cuba, pero en 1997 tuvo la oportunidad de salir del país caribeño y asentarse en Chicago, ciudad con la que actualmente combina su residencia junto con La Habana. En una de esas afortunadas ocasiones en que la artista logra salir de la isla, tuvimos oportunidad de charlar con ella previo a la inauguración de Hablándole al poder, exposición que abrió sus puertas al público este fin de semana en el Museo Universitario Arte Contemporáneo.

Si bien contaste que a los doce años empezó tu interés por el arte político, ¿en qué momento te definiste como una “artivista”?

Es que en Cuba hay una muy mala imagen y un desconocimiento atroz de qué cosa es el activismo. Cuba es un país que el gobierno se ha encargado de institucionalizar y hacer dependiente del gobierno central todo lo que pudiera haber sido una organización ciudadana. Por ejemplo: los jóvenes, las mujeres, los trabajadores, los sindicatos, todo eso depende directamente del Partido Comunista y depende directamente del gobierno. Toda persona que hacen una acción para pedir sus derechos de manera independiente es estigmatizado inmediatamente como un enemigo de la revolución. Si tienes una duda o haces una pregunta sobre un aspecto específico por decir, cuáles son los salarios de los médicos en Cuba o de los profesores, ya eso te hace que ellos te ven como que estás en contra de todo. Te llevan a un extremo en el cual invalidan todo tipo de pregunta.

Está estigmatizado ser activista en Cuba de una manera que se ha vuelto cultural. En Cuba la gente se queja pero no son activistas, con la queja les es suficiente.

¿Te consideras una artista controversial?

He hecho obras que han creado un poco de ruido pero no creo que mis obras sean controversiales. Mis obras son obras que tratan de trabajar con los tiempos políticos. A veces me retraso en el tiempo político, es decir, a veces trabajo con elementos de la historia del lugar que es olvidado, y a veces me adelanto en el tiempo político, es decir, a veces propongo cosas para las que a lo mejor no están todavía preparados para ello porque no existe. Quizá por eso pueden ser controversiales porque la gente cuando los pones a pensar o los pones en una situación en la que tienen que decidir cuál es su posición les parece incómodo. Pero es que si no tomas una posición respecto a lo que está pasando no eres un ciudadano activo. Eso a veces molesta.

Cuba tiene ya un nuevo presidente, Miguel Díaz-Canel, ¿para ti qué significado tiene esta acción? Y te lo pregunto porque en 2016 hiciste un video en el que te lanzabas como candidata para la presidencia de 2018 y animabas a todos los cubanos a hacer lo mismo.

Ese proyecto fue más bien invitando a todos los cubanos a que se propusieran, precisamente, para eliminar la cultura de la queja y comenzar a actuar desde la cultura de la acción  concreta, del cambio de cualquier tipo. Con respecto a lo que está sucediendo en Cuba ahora, desgraciadamente desde hace muchas décadas, en Cuba las decisiones que se toman que afectan a los ciudadanos no se toman por los ciudadanos, se toman por el gobierno que está haciendo negociaciones con los EEUU o con China o con Europa o con Rusia. Creo que muchas personas han visto con sospecha este traspaso, supuesto traspaso de mando, porque si una persona como Raúl sigue siendo el máximo líder del Partido Comunista, que es lo que rige todo en Cuba y es el ministro de las Fuerzas Armadas, es decir el que puede sacar los tanques a la calle cuando pase algo, entonces ¿qué poder real tiene Díaz-Canel?

Yo tengo la posición de que no puedo juzgar a una persona que no ha hecho nada. Hay que esperar, seis meses, un año, a ver qué va a hacer, cuál es su plataforma. Desgraciadamente en Cuba no hay una competencia entre varios candidatos, es decir, no sabes qué piensa la persona, vamos a ver qué va a hacer. Lo que sí está claro es que al menos la intencionalidad de hacer esta transición es un juego de espejos, es otra manera más de vender una imagen que no es real en Cuba.

¿Crees que con esta transición se elimine la cultura del miedo que se ha implementado en Cuba durante el gobierno de los Castro sobre sus disidentes, entre ellos artistas?

No lo creo. El Instituto de Artivismo Hanna Arendt que dirigo y otros grupos, hemos organizado junto con cuatro o cinco artistas una Bienal Alternativa y ahora mismo, antes de que tú llegaras, me acaba de llegar el mensaje de una amiga de que Lía Villares y Luis Trápaga, dos artistas que han hecho preguntas incómodas, y que han decidido que su casa va a ser un espacio de exposiciones acaban de tener hoy mismo, en la mañana, una llamada de una persona, que por supuesto no se identifica, informándoles que se les ha quitado su carnet de artista independiente por hacer obra que está en contra de los principios de la nación, no sé de qué están hablando. Es decir, Cuba, en este momento, desgraciadamente, no es la Cuba de los sesenta, setenta, esa Cuba que todo el mundo tiene en la cabeza, ha cambiado, como ha cambiado el mundo. Y desgraciadamente, el gobierno está usando justificaciones completamente torpes para parar algo que ya es imparable: Ya hay un grupo de personas y un grupo de artistas que han descubierto que son libres y nadie les está pagando, no son parte de ninguna organización terrorista de ningún lugar del mundo, son seres individuales que han llegado a una libertad individual y en el momento que conoces la libertad individual no hay quien te la quite.

Cómo podemos hablar de un cambio cuando el día de hoy mientras estás haciendo esta entrevista acaban de quitarle a dos artistas su carnet de creador sencillamente porque hacen una exposición en su casa y participan en un evento alternativo, es decir, no hay cambio. Yo entré a Cuba hace poco, la semana pasada para estar en este evento y me recibió la interrogadora con una cámara profesional filmando en todo momento el interrogatorio y diciendo que ya tenía la autorización del ministro –no se si de cultura, no sé qué ministro era, o e justicia– para meterme presa si osaba participar en el evento. Por supuesto que participé. ¡Qué nivel de desproporción entre lo que hacen dos muchachos que nadie conoce! Le tienen tanto miedo a la libertad personal que ni a uno sólo dejan que se le ocurra hacer algo en su casa con siete amigos. No están haciendo un llamado a sublevarse contra el gobierno, están haciendo una exposición con tres fotos y dos pinturas. ¡¿Qué pasa?!

En este mismo sentido, tus proyectos de largo aliento buscan crear instituciones y plataformas democráticas ¿crees que algún día esto sea posible? y, sobre todo, ¿crees que algún día dejes de ser perseguida por este tipo de trabajos?

Ese es mi sueño y por eso voy a seguir trabajando. Yo creo que si el trabajo sale bien no hace falta hacerlo. Espero que un día ninguna de mis obras sean necesarias, verla ni hacerla porque habrá libertad y habrá respeto al otro, a la opinión del otro.

Este tipo de trabajo lo denominas “arte útil” porque tu objetivo es que éste cambie los hábitos políticos, ¿cómo entiendes el otro arte, el que sólo tiene una intención estética y cómo lo analizas o cómo lo asimilas?

Qué bueno que me preguntas eso para aclararlo porque muchos artistas me dicen: -¡Ah!, ¿entonces yo no soy útil, soy inútil? No, todo arte es útil y creo que a veces es tan útil un arte que sea para descansar la mente como un arte que sea para ponerte el alma un poco rebelde. Pero nosotros le llamamos ‘arte útil’ al arte que intencionalmente quiere movilizar el pensamiento social, que intencionalmente quiere generar beneficios para alguien más que el curador o el artista o los coleccionistas, o sea, que quiere generar un beneficio para esa comunidad con la que está trabajando. Le llamamos así para separarnos un poco, pero todo arte es útil. A veces es tan importante pararse enfrente de un cuadro que es completamente abstracto, atonal y sentir que el mundo es más lindo de lo que tú pensabas.

En estas décadas de trabajo, ¿crees que realmente has cambiado algo en la conciencia?

Esa es una pregunta complicada porque es muy feo decir lo que uno piensa que ha logrado. Porque una cosa es lo que uno piensa que ha logrado y otra lo que la gente piensa que uno ha logrado. Me siento orgullosa de mi trabajo. He tenido momentos muy lindos en los que la gente me agradece que por mi obra o por los talleres o lo que yo he hecho se le ha abierto un poco ese deseo de ser libres o de ver el arte como otra cosa. Lo que pienso es que el Instituto de Artivismo Hannah Arendt sí esta dando resultados, hemos hecho seis talleres ya, uno mensual. Uno de los objetivos de los talleres es quitarle el miedo a la gente, quitar la normalización del miedo y volver normal el no tener miedo.

La exposición se nombra “Hablándole al poder” y se supondría que hablarle al poder tendría que ser básicamente algo muy sencillo, pero al poder no le gusta que le hagan preguntas, ¿a qué le tiene miedo el poder?

Muchas veces el poder le tiene miedo a la gente que lo ha puesto en el poder. Muchas veces el poder le tiene miedo al poder mismo. Muchas veces hay presidentes que le tiene miedo a su propio pueblo y lo que hacen es tratar de crear situaciones en las que ese pueblo se calle o esté embobado con el entretenimiento porque le tienen miedo, al menos en el caso del gobierno de Cuba. También creo que el poder tiene miedo a que se les descubran todas las trasquimañas (sic) que hacen, todas las corruptelas y todas las negociaciones que hace en las cuales muchos de ellos pierden sus principios con tal de mantenerse en el poder.

Creo que a lo que más miedo le tiene el poder es a darse cuenta que el poder no debe ser una condición permanente sino debe ser una posibilidad temporal para exponer algo y después retirarte y dejar que otro siga esa conversación.

¿Después de tanto tiempo de ser acosada, tantas veces detenida, encarcelada, has pensado en algún momento en decir “hasta aquí”?

Cómo explicarte, que se entienda…¡No! Es tan rico sentirse libre que no tengo ninguna intención de hacerlo, por lo menos hasta que cambien las cosas en Cuba y con los inmigrantes, que tampoco creo que van a cambiar rápido, desgraciadamente, sobre todo en EEUU.

¿Qué tienes planeado para la Sala de Turbinas de la Tate?

Lo único que te puedo decir es que queremos que el mensaje llegue a la mayor cantidad de personas y va a ser sobre migración.