Pablo Zeta, un artista transcultural emboscado en la Condesa

Por Perla Velázquez
Fotografía Cristina Ríos


Ciudad de México, México, 18/10/12, (N22).- Cuando Pablo Zeta era pequeño tenía un afán que lo distinguía de cualquier otro infante. Las crayolas, el papel y la imaginación fueron parte del inicio de una trayectoria artística que nació en los rincones de Salamanca, España. Sus primeros trazos eran similares a los que sus compañeros hacían, sin embargo, “a mí me gustó pintar más que a otros niños”.
Bajo la formación profesional en el área de la Física Pablo llegó a la Ciudad de México en 2008 para dirigir una empresa de construcción mexicana-española. El recuerdo del arribo a tierras aztecas se dibujó en el rostro del artista al rememorar que el primer año y medio fue bastante “durillo” con él; los recibimientos vehementes que se viven en una de las ciudades más grandes del mundo no son las mismas a las que se acostumbran en la vieja Europa.

“Soy una persona que le gustan mucho los campos: me gustó la física, me gustó la ingeniería, pero ahora estoy más metido en temas artísticos y creativos.”

Actualmente Zeta reside en la colonia Condesa. El zaguán de su casa es el único que se puede apreciar entre las ramas y las hojas que están adheridas a su pared. Las puertas de esta residencia las abrió a la Agencia N22 para conocer más sobre el mundo del dibujo, la física y, sobre todo, de Pablo Zapico.

Cruzando el umbral

Unas zapatillas negras son el soporte de una mujer que posa en cuclillas, el fondo blanco de la fotografía hace que las tonalidades oscuras del maquillaje, la cabellera ondulada que llega hasta la cintura y la guitarra en la que está recargada Amy Winhouse, resalten en la iMac de Pablo. Esa es la primera imagen que el español ve cada momento que está dibujando, creando, editando o publicando su obra en las redes sociales.
Perla Verlázquez (PV): ¿Crees que el arte ya se ha vuelto más comercial a causa del internet?
Pablo Zeta (PZ): El arte no se volvió comercial por éstas (las redes sociales), se volvió comercial por la influencia televisiva y por la sociedad de consumo que tampoco tiene nada de malo en el sentido creativo. Hay cosas geniales en la publicidad y en la televisión. Existe gente que vive sólo para vender y es una forma de vivir, aunque yo no creo que sea lo correcto.

PV: ¿Cómo utilizas las redes sociales para promocionar tu trabajo?

PZ: No vivo de las redes sociales, no todo lo que vendo lo hago por internet. Siempre he pensado que es buena la difusión por internet, en muchos momentos la he visto poco práctica, pero por ejemplo, a nivel de que si estás preocupado por la aceptación de tu arte o de que éste se venda mejor, creo que ahora lo puedes medir en función de los «likes» de Facebook, por ejemplo.
PV: En los cuales te va muy bien…
PZ: Mmmm. No sé… bueno sí, me va muy bien. Es que luego me sorprendo, porque en ocasiones voy por la calle y me encuentro con un amigo de Facebook y me saluda. Me conocen, pero tampoco soy tan famoso.
Este artista comparte su trabajo gratuitamente en la internet porque se siente con la capacidad de hacerlo sin ser retribuido económicamente. No obstante, él sabe que una actividad como la que practica no le alcanzaría para mantenerse. Es por ello que su agrado por la física nunca lo dejó de lado, siempre ha trabajado paralelamente tanto el quehacer creativo como la ciencia exacta.
“Nunca me he planteado cuando fue el momento de inicio, no recuerdo el primer momento en que pensé que estaba haciendo algo creativo simplemente era algo como un hobbie.”

«Me mantengo de la empresa que dirijo, vivo más de ella que de lo creativo. Aunque vendo muchos cuadros, me va bien, tampoco me quejo. Pero soy empresario tengo una pequeña fábrica y hago otras cosas que nada que ver, entonces es otra parcela de mi vida. De hecho yo creo que si me lanzara únicamente al arte me aburriría.”

Ganar para crear

A temprana edad los progenitores de este artista lo educaron bajo la idea de aprender de culturas por medio de la visita a países. Con sus padres y amigos Pablo conoció la mayoría de lugares europeos y conforme creció se estableció en Madrid para realizar sus estudios profesionales, los cuales culminó en Viena, Austria, donde vivió cerca de dos años.
La residencia de Pablo fue como un camión ambulante después de que terminó: vivió entre Pamplona, Madrid, Menorca y Zaragoza; factor que influyó para que su matrimonio fracasara. “En la vida te cambian de repente las circunstancias y yo necesitaba un cambio o huir de una realidad momentánea”, fue en ese momento de transición cuando decidió cambiar su residencia y salir de Europa para conocer el folklor mexicano.
PV: ¿Qué aporte tiene la cultura mexicana para tu trabajo?
PZ: Me impresionó México como país en muchos sentidos: por ejemplo la estética, que de alguna manera antes de haber estado aquí me sorprendía; imitaba en mis dibujos las formas de los dibujos prehispánicos todas esas composiciones complejas de formas. Por otro lado, cuando llegué me trataron muy bien, el adaptarme me costó trabajo porque yo venía aún con mentalidades austriacas, en donde aprendí a hacer un poco cuadriculadas las relaciones. Aquí me ha servido para abrir un poco mi mente, de no tener prejuicios, intentar no tenerlos y eso también trato de reflejarlo en mis cuadros. Esa influencia de cosas sorprendentes.
La atmósfera que se vive en el estudio de Pablo Zeta dice mucho de la personalidad de su habitante: está llena de libros, pinturas, bocetos, pero en especial llama la atención una cabeza roja que adorna uno de los dos libreros en el cuarto. “Me gusta el rojo, pero también todos los colores. Uno tiende a humanizar mucho todo lo que ve, entonces les sorprende que haya hombres rojos. También pensé cuando los pintaba: ‘está chulo el hecho de que no haya razas, somos el mismo individuo, al final lo único importante es la mente’.”
Rojo ¿profundo?
PV: ¿Qué significado tiene el color rojo en tus dibujos?
PZ: No sólo dibujo hombres rojos, pero no sé si son periodos anuales, intento renovarme, me llego a cansar de lo que hago, he ido cambiando y llegó un momento en que los pinté rojo por diversión e hice varios cuadros así y me gustó como quedaba estéticamente.

La sensibilidad que tiene un artista con el mundo es mayor a la que tiene cualquier persona que habita en él. El reconocimiento de los colores para poder plasmarlos, el encontrar la belleza en las figuras es parte primordial del quehacer de estos seres. Es en este sentimiento que muchos de ellos encuentran la llamada inspiración.

Y para Pablo, esa es una de las similitudes que encuentra con los demás artistas, aunque él sabe que lo que en realidad está intentando hacer es satisfacer sus necesidades como consumidor de arte, es decir, ofrecerle a la gente algo diseñado bajo la lógica de lo que el comprador está buscando.
PV: ¿Qué concepción tienes del arte?
PZ: No pienso en el arte como una salida profesional yo creo que es una forma de vivir. Ahora estoy en una fase muy concientizada. Por el hecho de estar en México me apetece mucho ayudar con la cultura, no pensar en mi creación como en algo que es salida económica a mis necesidades, porque eso lo tengo cubierto y estoy bien. Todo lo que estoy ganando con el arte lo invierto en más arte, en hacer proyectos más grandes y más ambiciosos.

Ejemplo de este objetivo, ganar para crear, son las exposiciones que ha realizado en su casa. Las cuales surgieron por la necesidad de presentar sus pinturas en algún recinto de la Ciudad de México.De ahí que el artista afirme: «mi casa es como un performance”.

La pared principal del acceso a la casa de Pablo fungió como anfitriona en la última exposición que realizó. Este muro se convirtió en el lienzo para hacer la conexión de varios cuadros que pintó e imprimió en su libro De la A a la Z. Una sirena, un bebé, un elefante, dos hipopótamos, entre otros, fueron cuadros que se expusieron y salieron a la venta ese mismo día.
A pesar de que el artista cuenta con los recursos económicos para sobrevivir, como él mismo asegura, las ganancias que obtiene de la venta de sus piezas las dedica para hacer más arte. “La exposición que hice, por ejemplo, estuvo financiada de la venta de un libro, posteriormente para el libro también estuve haciendo unos negocios.”

De la A a la Z es un diccionario narrado por dibujos y una breve reflexión sobre el significado de cada palabra. La primera edición que se realizó no fue concretada para la venta al público en general dado que necesitaban venderla más barata de lo que costó. “Yo no quiero ganar dinero, lo que quiero es que tenga un poco de difusión, porque me parece que la competición vital está en mostrar también lo que uno hace.”

El espectador hipermediático
PV: ¿Crees que hoy en día el arte tiene una función social?
PZ: Siempre tiene, en parcela sí. Lo que pasa es que somos hipermediáticos, yo creo que los artistas quien se excluya de ello me parece que es un impostor, pero tenemos la tendencia a agradar, muy pocos genios (…). Por el tema de la influencia mediática, uno tiende a hacer marketing y a competir, entonces yo creo que debemos de competir con propuestas bonitas. Mis dibujos en algún grado tienen algo imaginativo, o sea pueden tener crítica, pueden tener un mensaje pero tienen algo de onírico, de fantasía y eso creo que es bueno para la gente.
Pablo Zeta actualmente trabaja en proyectos artísticos independientes y su labor puede ser consultada en: http://www.pablozeta.com/

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