En busca de un «souvenir» de Isaac Hernández

Por Perla Velázquez 
Distrito Federal, 22/08/12, (N22).- 
Eran las 19:30 horas cuando salí de la estación del metro
Auditorio. Pensé que encontraría infinidad de puestos vendiendo los recuerdos
del espectáculo: playeras, fotografías, plumas o tazas que trajeran el grabado de
Isaac Hernández, el primer bailarín mexicano que a sus 22 años ha ganado fama
internacional. Lamentable, o afortunadamente, no fue así; el camino para el
coloso de Reforma estaba vacío.
La gala donde se presentaron los
mejores bailarines de diez compañías internacionales daba inicio a las 20:00
horas. Conforme se acercaba el momento, las pocas personas que posaban para
tomarse la foto del recuerdo afuera del lugar decidieron entrar. Entre ellos un
grupo de jóvenes de entre 15 y 17 años que estaban desesperados por ver a “su
maestro” cumplir otro de sus sueños.
El reloj ya marcaba la hora
exacta del evento y la tercera llamada anunciaba que en unos instantes la
máxima promesa del ballet pisaría un escenario que no necesitó más que de un juego
de luces como parte de la escenografía. Habían pasado pocos minutos cuando el
Auditorio Nacional se apagó por completo y en los extremos principales dos
pantallas proyectaban el video de un joven que denotaba fuerza y carácter para
bailar en uno de los recintos más afamados de México.
“Despertar es cuando tus sueños
se hacen realidad”, dijo el bailarín en el video introductorio. En seguida, una
luz incandescente iluminó el patíbulo que la compañía neoyorquina de Rasta
Thomas, Bad Boys of Dance, inauguró con pasos que no necesariamente forman
parte del ballet clásico. Con música de Prince, los movimientos iban desde el
hip-hop hasta el contemporáneo.
Hubiera pensado que Isaac abriría
la gala que organizó él mismo. Sin embargo, fue hasta la segunda pieza cuando
en compañía de Victoria Anayan, integrante del Het National Ballet, el joven
bailarín salió a intepretar el pas de deux de La bayadera, ocasionando que
los asistentes ovacionaran la perfección de cada movimiento.
Así daba inicio una velada que
prometía reunir por primera vez en el escenario a los hermanos Hernández. Pero
antes de llegar a ese momento, los cuerpos de Ekaterina Kondaurouva e Islom
Baimuradov, de Mariisnky (Kirov) Ballet, se movían al compás del pas de deux de Carmen y Solo para dos; por su parte Sara Lamb y Eric Underwood, del Royal
Ballet de Londres, interpretaron el pas de deux de Limen y Carbon.
Sin duda alguna, una de las
compañías que arrancó el asombro de los espectadores fue MOMIX, quien con
dominio técnico y acrobático mostraron la innovadora propuesta de danza
contemporánea con base en la ilusión óptica. “Millenium skiva”, fue la pieza con
la que los bailarines de esta agrupación cerraron la primera parte de esta danza.
Tras un pequeño intermedio, las pantallas
volvieron a encenderse, pero ahora no sólo era el rostro de Isaac el que
aparecía, a su lado estaba su hermano Esteban Hernández. Las imágenes mostraban por medio de fotografías cómo es
que el ballet se convirtió en su vida. Era de esperarse, el Auditorio cobró un
silencio que se rompió al escuchar la voz de Frank Sinatra y cuando la luz comenzó a iluminar a los
hermanos provenientes de Jalisco. Fue el momento para presentar el por qué de
su éxito mundial.
El coreógrafo Stephan Thoss fue
quien montó “My way” para Isaac y Esteban Hernández, quienes con pasión y
elegancia lograron que el público se conectara directamente con el Auditorio
Nacional.
Con la energía que se desbordaba del
escenario después de esta pieza, los bailarines integrantes de Bad Boys of
Dance regresaron al espacio dedicado al ballet y moldearon sus cuerpos al ritmo de “Rock you”
y un remix de Michael Jackson.
La gala estaba llegando a su
momento final y los integrantes del Ballet de la Ópera de París, Royal Ballet
de Londres, English National Ballet, Ballet Kirov de Rusia, National Ballet of
Holland, American Ballet Theatre, San Francisco Ballet, Momix, Bad Boys of
dance y los hermanos Hernández, anuncian el cierre con un Finale. El Auditorio
se pone de pie.
Al salir de éste rememoré cada
una de las piezas que se interpretaron en el espacio por tres horas. Confronto
también el interés del público por eventos de esta índole y me pregunto si la
única señora que vende la foto de Isaac Hernández sabe quién es este personaje
o si únicamente lo hace por llevar un poco de dinero a su casa.

12MAG 

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