Árboles que son cuerpos que son símbolos: la obra de Sandra Pani

  • El libro Bisturí Óptico de Sandra Pani, se presentará el sábado 18 de agosto a las 13:30 horas en el Museo Nacional de Arte.

Por Alizbeth Mercado

Ciudad de México, México, 17/08/12, (N22).- 
Sandra Pani es amante de los trazos contundentes. Inspirada por los  árboles creó una serie de dibujos que muestran lo que ella llama “un diseño universal que compartimos todos los seres vivos”, esto significa una comunión entre  la  forma y similitud que existe entre el ser y estar.
La colección Círculo  de Arte del Conaculta edita el libro Bisturí Óptico que explora el cuerpo dentro de las diversas aristas simbólicas. Con textos de Salvador Elizondo y Alberto Blanco, la publicación es un viaje dialógico entre los humanos, el entorno y nuestra esencia orgánica.
A propósito de la presentación, que se llevará a cabo el sábado 18, N22 platicó con la artista plástica.
Alizbeth Mercado (AM): ¿Por qué pensar el cuerpo como idea?
Sandra Pani (SP): El cuerpo es un espacio donde caben muchas cosas, el cuerpo es el eje de mi trabajo, en el cuerpo cabe la fragilidad, la esencia, trabajo con un fenómeno de todas las cosas vivas se parecen, hay un vínculo a nivel psíquico, simbólico y formal, como por ejemplo las cosas vivas se parecen, un árbol, nosotros somos seres erguidos, el tronco es columna vertebral. Mi trabajo es una búsqueda de identidad y a la vez conexión con lo de afuera, simbolizado por el árbol, son estas uniones simbólicas, el cuerpo te da para hablar de belleza, dolor, fragilidad, el universo, es un espacio semántico muy amplio.
AM: ¿Por qué trabajar con el árbol como paralelo del cuerpo humano?
SP: Es natural, siempre he sentido atracción hacia el mundo vegetal, la cuestión capilar, las venas se parecen a las hojas, a nivel simbólico hay cosas que se vinculan con el humano. Hay un proceso de transformación entre cuerpo y árbol, desde un punto de vista no evidente, sugerido y evocado.
Siento que hay similitudes y toda esta reflexión es un diálogo entre mundo externo e interno.
Estoy contenta de ver obras de hace muchos años y hay como una constante, elementos que se transforman pero están las semillas de las cosas que me han atrapado. Siempre he trabajado con el cuerpo desde dentro, evito cuestiones narrativas y obvias, he hallado en huesos la esencia de las cosas.
Símbolo de lo que somos
AM: El texto de Salvador Elizondo menciona que analizar el cuerpo es como analizar poesía, ¿qué significa esto?
SP: Se refiere a un acercamiento intuitivo, que algo a pesar, que yo me siento muy cerca de  los anatomistas, siempre dibujo esqueletos, trato de trascender esa parte didáctica, sino convertir las imágenes del interior en metáforas y ambicionar a hacerlo símbolos de lo que somos.
AM: ¿Los dibujos son significante del alma  o del ser corpóreo?
SP: Yo creo que todas las obras son una especie de diálogo con mi mundo interno, son el resultado de esa exploración hacia adentro, tienen una enorme carga de búsqueda de identidad y a partir de esa búsqueda interna se crea una conexión con lo de afuera. Sí hay una necesidad de conectar dos planos, la terrenal con espiritual; externo e interno que a final crean una totalidad, si hay una intención de diálogo entre esas partes.
Hacer esas conexiones me llevan a la necesidad e ir al origen como el concepto de religión , re-ligare, que significa regresar al origen.
AM: ¿Los dibujos son modelos de ti misma, de alguna otra persona  o pura imaginación?
SP: Siempre trabajo con modelo, traigo sketchbooks. En realidad el proceso tiene que ver con la idea de la huella, como el principio de mis dibujos es “yo trazando mi silueta”, trazo partes de mi cuerpo, se vuelve un ritual personal sobre la corporalidad.
Mi obra se vincula a artistas que trabajan con el cuerpo como Ana Mendieta, hay algo de eso en mi trabajo, también esas imágenes son autorretratos creo que trascienden eso, en el sentido en que son como mapas síquicos de la obra, pero hay cosas universales que nos atañen a todos, es el cuerpo de todos.
Mi contacto con el mundo externo es directo con la modelo, no trabajo con fotos, ahí es importante el contacto, no sólo imagen, es un contacto directo con el objeto llámese cuerpo o árbol.
En pos de cuerpos puros, sin anécdotas
AM: Los óleos parecen radiografías, ¿buscas que el público se vea reflejado y tome conciencia sobre los elementos básicos que nos componen?
SP: Siento que definitivamente sí, una parte de mi interés es eso. Los cuadros son a tamaño natural, tiene que ver con la huella, sí hay interés de que otro se vea reflejado. Todos tenemos cuerpo, busco esa interconexión y siento fascinación por las radiografías: les quitas la anécdota, no hay aspecto físico, ni ropa, quito elementos que pueden distraer y llego a cosas básicas, por eso me baso en los huesos como elementos para hablar de lo que somos. El género es importante, pero estamos reducidos a huesos podemos ser hombres o mujeres, todos tenemos pulmones, corazón, tratar de quitar las diferencias.
AM: ¿Hablaríamos de introspección?
SP: Sí totalmente, pero es diálogo, sale de una necesidad de ir dentro de mí misma y empiezo a encona cosas y puedo dialogar con el mundo de afuera.
AM: Hablando de diálogo, ¿que respuestas tienes de los que observan tus pinturas?
SP: Muy diversa, recién mis primeras expos en el 90 había resistencia, la gente se sentía incómoda, hacia muchas cosa que refieren a los pulmones. Esta parte me encanta porque es uno de los lugares donde el mundo de afuera entra a nosotros, podríamos hablar de comida o sexo, pero todo entra a través de la nariz y sirve de energía para vivir. A nivel metafórico y formal, esas especies de óvalos que tiene arboles dentro, protegidos por el tórax que es un escudo y las primera veces la gente se sentía agredida.
Este trabajo nunca ha sido violento ni morboso, creo que tiene que ver como con el asombro, es increíble cómo funcionamos y lo damos por hecho. Mi acercamiento es hacia el asombro. En muchos sentidos no estamos acostumbrados a verlos internamente, como a las mujeres se les vacía de órganos, si hay una vena corres al doctor para que la tape, es la plastificación de la mujer, pero la maravilla son los órganos somos una máquina perfecta.
Antes las galerías decían “no lo venderé”,  pero he sido fiel, no me dejo llevar por moda, sólo por la  necesidad de hacerlo, me ha ido bien y he ganado un lugar en la plástica del país.
Intuición más allá de los rostros
AM: ¿Por qué olvidarse de los rostros?
SP: Porque inmediatamente generan una identidad, he trabajado sobre autorretratos alejados de una cuestión glamorosa. Me alejo de la narrativa, no me interesa crear historias quiero sensaciones, que sientas no que leas cosas, hago obra que se acerca a una cuestión intuitiva.
AM: El texto hace hincapié en el movimiento y la vida como cuestiones paralelas, sin embargo los óleos son estáticos, ¿cómo lograr esta  conjunción?
SP: Hay algo que siento en mi trabajo, y algunos críticos dicen que hay pulsión en la obra, no sabes si se están formando o deshaciendo.
Hay una parte del proceso muy importante, ningún estado es muy definitivo algo sucede en el proceso, muchas veces no sé si los árboles o los cuerpo se convierten en otra cosa, siempre trabajo en ciclos e intento atrapar cosas, pero son efímeras, es una pulsión de cambio, hay una presencia de vacío pero no lo es, del vacío se genera todo. Es una reflexión entre ser y estar.
AM: ¿Qué esperas con la publicación?
SP: Me siento muy afortunada por estar en la colección de Círculo de Arte, espero que la obra tenga más difusión. La intención de cualquier artista es hacer algo que toque al otro y cuando ese círculo se cierra y alguien reconoce por la obra el círculo se cerró y de eso se trata. Las publicaciones como esta hacen que la gente se acerque, no sólo los que van a la exposición, es como echar una botella en el mar, si a alguien toca tiene sentido la experiencia creativa.
12NC

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