UNAM estudia propiedades de la «flora normal» o microbiota

Ciudad de México, México, 24/07/12, (N22).-   Se denomina microbiota normal, flora normal
o flora nativa al conjunto de microorganismos que se localizan de
manera habitual en distintos sitios del cuerpo humano, y que conviven
con el huésped sin causar enfermedad.
Su presencia es fundamental para la supervivencia
del hospedero, pues participan en funciones fisiológicas, como
la digestión de alimentos, y evitan la colonización
de otras bacterias potencialmente patógenas, explicó
Rafael García González, académico de la Facultad
de Medicina (FM) de la UNAM.
Lo anterior se logra no sólo a través
de la ocupación de un espacio, sino también por su proceso
metabólico, al liberar sustancias con actividad antibacteriana,
como ácidos grasos volátiles, peróxido de hidrógeno,
bióxido de carbono, así como por la producción
de compuestos antimicrobianos específicos como bacteriocinas,
microcinas, reuterina y lactocina.
La microbiota se obtiene desde el nacimiento.
En el momento que el bebé pasa por el canal del parto, adquiere
bacterias de la vagina y de la región perianal de la madre.
En caso de cesárea, el contacto ocurre con el medio ambiente
o al ingerir alimentos, resaltó.
“Generalmente, realizan una serie de
actividades que benefician al individuo, y viceversa, es decir, hay
una relación simbiótica, donde existe tanto mutualismo,
como comensalismo; ambas partes reciben beneficios”.
Su función
Rafael García mencionó que
lo primero que tiene que hacer un microorganismo para mantenerse en
el sitio donde vivirá es colonizarlo, para lo que debe tener
las herramientas necesarias. En el caso de las bacterias, capacitadas
para ello, tienen una serie de estructuras de superficie (cápsula
o proteínas de adherencia), con las que se unen a un sustrato
determinado y empiezan el proceso, a multiplicarse, y encontrar los
elementos necesarios para su desarrollo.
Ejemplo de ello es la placa dentobacteriana,
que se inicia con microorganismos que tienen la capacidad de elaborar
estructuras de superficie, en este caso una cápsula, malla
o película de polisacáridos.
Esta última cuenta con espacios en
los que se quedarán atrapadas otras, lo que origina la formación
de microcolonias. Realizada la colonización, los sitios son
ocupados por la microbiota y el patógeno no encuentra espacio
y puede ser eliminado.
La vitamina k
El académico de la FM citó
que hay bacterias como Escherichia coli. Entre sus capacidades
(que son muchas y pueden ser benéficas o perjudiciales para
el humano) está la elaboración de vitaminas, como la
K, de la que existen tres tipos: la K1, elaborada por plantas verdes
y que puede obtenerse también de la carne o de algunos cereales.
La K3, de origen sintético, y E. coli, que puede elaborar
la K2 (menaquinona); la función de ésta es variada y
tiende a activar el sistema de coagulación.
Al experimentar con algunos animales se ha
observado que los que tienen deficiencia presentan hemorragias masivas
y descontroladas. Su carencia se encuentra también relacionada
en calcificación del cartílago, malformaciones óseas
y depósito de calcio insoluble en paredes arteriales.
También interviene en otros procesos
metabólicos y puede ser considerada como un elemento necesario
para el ser humano. Si bien se puede obtener de los alimentos, la
cantidad que proporciona una bacteria es grande, por lo que rara vez
habrá deficiencia de vitamina K, concluyó.
12MAG 

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