Editan libro sobre las prácticas de chamanismo en la cultura nahua y maya

DISTRITO FEDERAL, México, (N22/INAH).- 

La concepción e importancia del
chamanismo entre los antiguos nahuas y mayas, quienes a través del sueño y del
trance —inducido por sustancias psicoactivas— accedían a una realidad alterna
donde se ponían en contacto con sus deidades, es abordada desde una perspectiva
histórica y científica en la reedición del libro Sueño y éxtasis, visión chamánica de los nahuas y los mayas,
publicado por primera vez en 1990.

La
nueva edición, autoría de la doctora en Historia Mercedes de la Garza, además de profundizar
en los temas tratados anteriormente, incorpora nuevas interpretaciones del
mundo precolombino y actual, apoyado en aportes de varias ciencias, como la
farmacología, botánica y antropología, así como el análisis de textos
epigráficos.

La
coedición del Fondo de Cultura Económica y la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), es producto de más de dos décadas de investigación
en fuentes arqueológicas, escritas, pictóricas y etnográficas, así como de un
arduo trabajo de campo. 

“Este libro da cuenta
de cómo la práctica chamánica se efectuaba desde tiempos remotos y se vinculaba
a la vida religiosa mesoamericana, y a pesar de la Colonia sus rasgos
fundamentales perviven en dichas etnias aún en la actualidad”, comentó la ex
directora del Museo Nacional de Antropología.

La publicación, dijo,
en sus más de 300 páginas ofrece datos recientes sobre investigaciones del
sueño y de la conciencia, además de imágenes de piezas arqueológicas que refuerzan
las explicaciones sobre los complejos ritos chamánicos efectuados en
Mesoamérica, que se niegan a desaparecer en este mundo globalizado.

“En esta ocasión, se
incluyen estudios sobre el sueño y los estados alterados de conciencia desde
enfoques científicos actuales —como la neurobiología—, que ayudan a entender
esa visión de los sueños lúcidos o programados, experiencias fuera del cuerpo,
cercanas a la muerte, visiones y alucinaciones inducidas por sustancias
psicoativas (que tienen efecto sobre el sistema nervioso central) o por
prácticas ascéticas, como el autosacrificio y la meditación, esenciales en el
chamanismo, estados mentales que tienen una realidad comprobaba, de acuerdo a estudios
neurocientíficos”.

Respecto
a la experiencia más importante de realizar este trabajo, De la Garza destacó que “fue el análisis
comparativo entre ambas culturas lo que permitió lograr —a la luz de las
diversas fuentes— una comprensión más completa y profunda del fenómeno
religioso del chamanismo”.
El
método comparativo, explicó la historiadora, constituye una posibilidad de
interpretación que permite acercarse al tema desde muchos ángulos y
perspectivas que se confirman unas con otras. Por ejemplo, un hecho
sorprendente es que las plantas y actos chamánicos de los textos nahuas,
aparecen pintados en la cerámica y códices mayas del periodo Clásico (250 – 900
d.C.).
A
partir de años de investigación y un amplio trabajo de campo, dijo, “ha sido
posible confirmar que el chamanismo coexistió entre nahuas y mayas desde los
orígenes de su cultura, así como en otros pueblos de Mesoamérica; sobrevivió a
la época de la Conquista
y logró mantenerse hasta hoy, con los cambios y significaciones de todo
fenómeno histórico vivo, sin perder sus rasgos esenciales.

“De
dicho legado destaca el conocimiento de las plantas sagradas, y la capacidad de
trascender de la realidad ordinaria en el éxtasis, mediante la ingesta de sustancias
psicoativas provenientes de plantas y hongos alucinógenos, animales y bebidas
embriagantes; además de la importancia atribuida a los sueños como anuncios del
futuro”, abundó la especialista en cultura maya. 

Debido a estas
virtudes los chamanes, desde tiempos remotos y aún en la actualidad, son
considerados por los indígenas como hombres poderosos que podían contactarse
con los dioses, ver el pasado y el porvenir, así como buscar soluciones a los
problemas de la comunidad. A su vez, los
naguales eran concebidos como hombres sabios y consejeros, que tenían la
capacidad de transmutarse en animales. 

De
acuerdo con la investigadora emérita de la UNAM, en la Colonia se dio una reinterpretación de dicha
concepción, y a dichos personajes se les relacionó con el ámbito oscuro y la
brujería, incluso eran considerados seres sobrenaturales que dañaban a la
gente, por lo que los rituales chamánicos eran efectuados en la clandestinidad. 

Respecto al carácter
arqueológico del chamanismo, el libro muestra evidencias físicas sobre esta práctica
entre las culturas prehispánicas, tal es el caso de la identificación de cierto
tipo de vasijas con imágenes pintadas o grabadas que eran usadas en estos
rituales.


Por ejemplo, citó Mercedes
de la Garza, en
los vasos mayas del periodo Clásico es frecuente encontrar imágenes de uno de
estos personajes sentado sobre su trono realizando el rito ante un espejo, al
tiempo que hace la ingestión de ciertas bebidas e inhalación de tabaco; a estas
prácticas también se les asociaba con el autosacrificio u ofrecimiento de
sangre, como lo refiere la presencia de punzones de hueso, puntas de raya,
navajillas de obsidiana, en la iconografía y contextos arqueológicos.

Otro dato interesante,
mencionó la investigadora, es la identificación de restos de cacao o nicotina en
recipientes relacionados son el chamanismo. Según la autora, “el tabaco fue tal
vez la planta sagrada más importante en el ritual de los pueblos mesoamericanos,
esencial en la parafernalia de los chamanes, ya que combatía a los animales
malignos como serpientes y escorpiones, era un medicamento milagroso que curaba
múltiples males y cuidaba al hombre en sus viajes”. 

Sueño y éxtasis, visión chamánica
de los nahuas y los mayas,
“se trata no del análisis de una comunidad
específica o en un determinado tiempo, sino de una visión histórica y general
de dos de los grupos culturales cuya grandeza ha pervivido a los largo de los
siglos”, concluyó Mercedes de la
Garza.

Imagen: http://bit.ly/JRS5xS
12MAG 

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