Conaculta recuerda la poética meditativa de Elías Nandino, a 112 años de su nacimiento

DISTRITO FEDERAL, México, (N22/UNAM).-  
Elías Nandino Vallarta fue médico cirujano de profesión y poeta de
vocación, y durante toda su vida se las arregló para cumplir cabalmente
con sus dos vocaciones. Nació el 19 de abril del año 1900 en el estado de Jalisco.  
A 112 años de su nacimiento, se le recuerda también
por crear varias revistas e impulsar con ellas el surgimiento de una
nueva generación de escritores que se iniciaban.
Fue el fundador de Estaciones (1956-1960)
una de las revistas literarias de México de autores todavía no
reconocidos como Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco y Elena
Poniatowska, con el objetivo de descentralizar la cultura.
Nandino “operaba con frialdad, escribía con pasión”,
señala Jorge Esquinca en su ensayo ‘Elías Nandino: la frase del espacio’
del libro Memoria del paisaje (2002). “Fue un poeta que al
cantarle a su pueblo, opta por la celebración y la añoranza como si las
bondades de una vida y un tiempo idos bastaran para desvanecer toda
zozobra”.
Este creador al ser a la vez un médico reconocido en
la Ciudad de México le permitió obtener dinero para también dedicarse a
la creación poética y literaria. Escribió 30 libros, muchos financiados
por un poeta soñador en cuya obra se refleja los temas del tiempo, el
amor y la muerte.
En el libro Elías Nandino de bolsillo, Marco
Antonio Larios escribe que en principio la producción poética de
Nandino estuvo limitada a plaquetas y libros pequeños de difusión menor,
en los que algunos de sus poemarios solo llegaron a circular entre
amigos como Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, Gilberto Owen y Jorge
Cuesta, con quienes compartió la poesía y la vida.
A semejanza de su amigo Xavier Villaurrutia, autor de Nostalgia de la muerte,
Nandino dedicó buena parte de sus noches a la elaboración de una poesía
hondamente meditativa, señala Jorge Esquinca, donde la noche, el amor,
la muerte, la ausencia de Dios y la conciencia del hombre en soledad,
son los temas.
Nandino editó la colección de cuadernos México Nuevo,
 fue director de Cuadernos de Bellas Artes, la cual dirigió de 1960 a
1964 con el fin de apoyar a las nuevas voces de la narrativa, la poesía,
la pintura, el teatro, el ensayo y la crítica literaria.
Para los jóvenes Elías Esquinca, Luis Alberto
Navarro, Jorge Souza y Salvador Encarnación quienes participaron en sus
talleres literarios en el estado de Jalisco, como el de Literatura del
Departamento de Bellas Artes, fue un hombre muy afectuoso que se ganó un
lugar en la literatura mexicana.
Fue un excelente conversador que nunca se guardó sus
conocimientos para sí mismo sino que los compartía de manera espontánea y
natural, quien con sus talleres literarios constituyó un núcleo que le
permitió aglutinar a muchos jóvenes tapatíos. “Nandino Vallarta no decía
cómo escribir, no era un maestro que limitaba o ponía cartabones, era
un gran facilitador”, expresó Jorge Souza en el documental Entre líneas producido por el Canal 7 de Guadalajara en 2003.
Un premio en su nombre
Su aportación a la poesía y el impulsar el trabajo de
jóvenes llevó a la creación de el Premio Nacional de Poesía Joven Elías
Nandino, el cual fue convocado por primera ocasión en 1975 por el
Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y el gobierno de Jalisco con
el nombre de Premio de Poesía Joven de México y desde entonces se ha
organizado anualmente.
A partir de 1996 el Premio lo convocan Conaculta, a
través del Programa Cultural Tierra Adentro, y la Dirección de
Literatura de la Secretaría de Cultura del gobierno de Jalisco,
sumándose al esfuerzo  en el 2000 el ayuntamiento de Cocula, con motivo
del centenario del natalicio de Elías Nandino.
Sus obras literarias
Entre los títulos de Elías Nandino se encuentran: Espiral en 1928; Color de Ausencia, en 1932; Eco, en 1934; Río de sombra, en 1935; Sonetos, en 1937; Suicidio lento, en 1937; Poemas de árboles, en 1938; Nuevos sonetos, en 1939; Espejo de mi muerte, en 1945. En 1947 publicó Poesía I, que contiene algunos de sus libros anteriores, con dos más que estaban inéditos; Nudo de sombras, en 1941.
Después publicó: Poesías II, Prisma de sangre, Naufragio de la duda y Triángulo de silencios e incursionó en la narrativa, publicando su único cuento en 1938, El Coronelito.
Los libros como Nocturna palabra, 1960; Eternidad del polvo, 1970 y Cerca de lo lejos,
1979 muestran que la solvencia de su poesía radica en la experiencia de
su vejez. En ella se manifiesta la evolución del conocimiento que tiene
de la vida, particularmente de la que espera y desespera en la muerte,
explica Marco Aurelio Larios en Elías Nandino de Bolsillo, 1990.
Durante los últimos años de su vida, Elías Nandino
volvió a su tierra natal. Apartado de la vida literaria, retirado del
ejercicio de su profesión, dedicó buena parte de este tiempo a
reflexionar en lo vivido y lo observado.
Elías Nandino Vallarta, quien en 1979 obtuvo el
Premio Nacional de Literatura y el Premio de Poesía de Aguascalientes,
murió el 3 de octubre de 1993.
A su muerte, la casa en donde habitó los últimos años
de su vida, en Cocula, Jalisco, se convirtió en la “Casa de la poesía”
que alberga lo que resta de su biblioteca, un pequeño museo y una sala
en la que se imparten diversos talleres.

Foto: http://bit.ly/HUfjVm
12MAG 

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